Las banderas ondeaban hoy a media asta en recuerdo de los fallecidos a manos de Al Shabaab en el complejo universitario de Garissa, a unos 140 kilómetros de la frontera con Somalia.
Entre las víctimas hay 142 estudiantes, tres agentes de seguridad y dos empleados de la universidad. El ataque, que duró 16 horas, finalizó cuando cuatro de los atacantes yihadistas se hicieron volar por los aires.
"Nuestra seguridad exige que continuemos la difícil y enorme tarea de identificar, rastrear y disuadir al enemigo, no sólo en Kenia, sino en Somalia, junto a nuestros aliados africanos e internacionales", dijo Kenyatta el sábado en un discurso a la nación.
El mandatario se refería así a las tropas de la Unión Africana que combaten al grupo terrorista Al Shabaab en Somalia. Unos 20,000 soldados de Kenia están desplegados en el país vecino ayudando al gobierno somalí a combatir a la milicia islamista, y por eso la nación es blanco de los atentados de los extremistas.
El sábado el gobierno keniano confirmó el arresto de cinco sospechosos en relación con el ataque, entre ellos un keniano de origen somalí y un tanzano. Kenia ofreció 20 millones de chelines (212,000 dólares) por el presunto autor intelectual del atentado, Mohamed Kuno Gamadheere, un antiguo profesor de una escuela coránia de Garissa que ahora sería comandante de Al Shabaab.
En el ataque resultaron heridas más de 100 personas, algunas de las cuales se encuentran en estado grave. Los heridos están siendo tratados en hospitales de Nairobi y Garissa.
Los kenianos están donando alimentos, ropa y dinero en varias campañas solidarias. La Cruz Roja puso en marcha una campaña de donacion de sangre en Garissa y está recopilando otro tipo de ayuda en el estadio Nyayo de Nairobi.
Según el organismo internacional, se ofreció apoyo psicológico a unas 200 personas en la morgue de Nairobi y el Hospital Nacional Kenyatta de la capital. Más de 500 estudiantes que sobrevivieron al ataque abandonaron hoy Garissa en autobús para regresar junto a sus familias. (DPA)