El caso del senador Roger Pinto y otros asuntos como la falta de relaciones diplomáticas entre Paraguay y Venezuela y el desalojo de una aerolínea chilena de unas instalaciones aeroportuarias en Buenos Aires van a pesar sobre la Cumbre de Paramaribo.
En la capital surinamesa se reunirán el 29 de agosto los cancilleres y al día siguiente los jefes de Estado y de Gobierno de los doce países de la Unasur, o sus representantes.
La cumbre, en la que Surinam asumirá la presidencia pro témpore del organismo, marcará el regreso de Paraguay a la Unasur después de haber estado suspendido más de un año debido a la destitución de Fernando Lugo como presidente mediante un juicio político en el Senado paraguayo por mal desempeño de sus funciones.
El nuevo presidente paraguayo, Horacio Cartes, acudirá a Paramaribo sin haberse reconciliado con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, quien en junio de 2012, cuando era canciller de Hugo Chávez, viajó a Asunción para tratar de impedir la destitución de Lugo y después tuvo parte activa en la imposición de sanciones contra Paraguay en la Unasur.
Maduro, que aun no ha confirmado oficialmente su asistencia a la Cumbre, aunque en medios oficiales se da por descontada, ha tendido una mano a Cartes para normalizar las relaciones, pero hasta ahora la respuesta del mandatario paraguayo ha sido fría.
El principal obstáculo para la reconciliación es la manera en que Venezuela fue incorporado al Mercosur en ausencia de Paraguay, que también fue suspendido de ese organismo en junio de 2012.
Hoy Venezuela es presidente pro témpore del organismo fundado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, algo que las autoridades paraguayas no aceptan, pues consideran que la incorporación del país caribeño se hizo sin su consentimiento, en contra de las reglas del Mercosur.
Hasta ahora se desconoce si Cartes y Maduro celebrarán algún encuentro bilateral en Surinam, pero lo que es seguro es que tendrán que verse las caras.
También coincidirán en la Cumbre de Paramaribo los presidentes Dilma Rousseff, de Brasil, y Evo Morales, de Bolivia, pocos días después del revuelo desatado porque el senador boliviano Roger Pinto, que estaba refugiado en la embajada brasileña en La Paz desde mayo de 2012, fue ayudado por personal de esa representación a salir del país sin el pertinente salvoconducto.
La complicidad de Brasil en la huida de Pinto, que le ha costado a Antonio Patriota el puesto de canciller de Rousseff, ha sido muy criticada por el Gobierno boliviano, pero hasta ahora no ha tomado medidas de respuesta.
Rousseff calificó este martes de "inaceptable" que Pinto haya salido de Bolivia sin el necesario salvoconducto boliviano, pero no, como podía esperarse, porque fuera ayudado por funcionarios brasileños, sino porque "no tiene ningún fundamento que un Gobierno de cualquier país del mundo acepte someter a una persona que está bajo asilo a algún riesgo".
El Gobierno boliviano señaló este martes que el opositor Pinto tiene en su contra "al menos 13 procesos judiciales por actos de corrupción (cuatro de ellos con orden de arraigo) y fue condenado a un año de prisión por causar daño económico al Estado por más de 11 millones de bolivianos (1,6 millones de dólares".
El Gobierno de Brasil ha vulnerado la normativa internacional al haberle concedido asilo político (...),", aseveró la ministra de Justicia, Cecilia Ayllón, en un comunicado.
Aunque el Gobierno de Chile dio a entender este lunes que no intervendrá en el conflicto entre la aerolínea LAN y las autoridades aeroportuarias de Argentina, que dieron un plazo de 10 días a la compañía para abandonar un hangar en el Aeroparque de Buenos Aires, el asunto sigue creando fricción en las relaciones bilaterales.
Ni Cristina Fernández, presidenta de Argentina, ni Sebastián Piñera, presidente de Chile, han confirmado hasta ahora que viajarán a Surinam, algo que sí han hecho los mandatarios de Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil y Paraguay,
El titular del Organismo Regulador Nacional de Aeropuertos (ORSNA) de Argentina, Gustavo Lipovich, aseguró este martes que recurrirá a la justicia si LAN, que ya ha presentado un recurso de amparo, no abandona el hangar este viernes.
Los problemas entre sus socios han sido una constante para la Unasur desde que se fundó en 2007 como heredera de la Comunidad Suramericana de Naciones, creada en 2004.
En julio de 2009 el organismo tuvo que convocar una cumbre extraordinaria para analizar las diferencias entre Venezuela y Colombia y un mes después otra para estudiar las implicaciones de un acuerdo militar entre Colombia y EE.UU. que Venezuela veía como una "amenaza" para toda la región.
También ha habido reuniones extraordinarias por crisis internas en alguno de los países socios, como una sobre Bolivia en 2007 y otra este año tras las elecciones de abril en Venezuela.
Otras han estado centradas en asuntos de carácter internacional como la celebrada en julio pasado por el accidentado regreso de Evo Morales de un viaje a Rusia debido a la negativa de algunos países europeos a autorizar el sobrevuelo del avión presidencial boliviano.
"Como grupo regional y actor global, Unasur ha demostrado ser capaz de superar las dificultades y convertir los desafíos en oportunidades", dijo una portavoz oficial del Gobierno de Surinam a Efe en una reciente entrevista.
La fuente agregó que la fórmula para encontrar soluciones a los problemas entre los miembros del organismo ha sido, y lo seguirá siendo con Surinam como presidente pró tempore, "diplomacia y madurez política".
