Los 35 países miembros de la Junta analizarán en su encuentro, el primero de este año, el reciente informe técnico elaborado por los inspectores del OIEA en la República Islámica.
Según este documento, los iraníes siguen adelante con su programa de enriquecimiento de uranio, incluyendo la instalación de nuevas centrifugadoras de gas, que son entre tres y seis veces más veloces que las usadas hasta ahora.
A su vez, Irán ha reducido a 167 kilos sus reservas de uranio enriquecido al 20 por ciento, alejándose así del umbral de los 240 kilos de ese material, necesarios para construir una bomba nuclear.
Los técnicos iraníes han convertido parte del material enriquecido al 20 por ciento en combustible para el reactor científico de Teherán.
No obstante, el OIEA critica en su informe la falta de avance en las negociaciones sobre la investigación de las supuestas dimensiones militares del programa nuclear iraní.
Al mismo tiempo, diplomáticos occidentales en Viena han destacado el "buen ambiente" en las más recientes negociaciones entre Irán y el llamado Grupo 5+1, compuesto por los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania.
En esas conversaciones, que se celebraron el martes y miércoles en Kazajistán, las potencias presentaron a Irán una serie de propuestas que, a diferencia de anteriores ocasiones, no fueron rechazadas de entrada por los iraníes.
Fuentes consultadas por Efe en Viena señalaron el jueves que estas conversaciones, que contrastan con el fracaso de los contactos que mantiene el OIEA con Irán, dan lugar a "un optimismo cauteloso".
Irán, por su parte, incluso llegó a hablar de un "cambio de rumbo" en las negociaciones con el grupo 5+1.
Un diplomático europeo dijo el viernes en Viena que la Junta se encuentra ante "un dilema", ya que mientras debería criticar a Irán por su falta de cooperación con el OIEA, nadie quiere poner en peligro el mejorado ambiente vivido en las negociaciones de Kazajistán.
Así las cosas, no está claro aún si la comunidad internacional impulsará una nueva resolución contra Irán o si se expresará mediante declaraciones que le recuerden a la República Islámica sus obligaciones.
El Consejo de Seguridad de la ONU exige desde el año 2006 que Irán suspenda su programa de enriquecimiento de uranio, un material de posible doble uso, civil y militar.
Gran parte de la comunidad internacional teme que Irán desarrolle, bajo el paraguas de un programa civil, la capacidad de construir una bomba, algo que Teherán rechaza alegando que sólo tiene intenciones pacíficas como la generación de energía eléctrica.