En una entrevista que publica hoy el diario italiano "Corriere della Sera", la primera desde que el miércoles asumió el cargo de ministro de Economía y Finanzas de Italia, Vittorio Grilli explica la idea que tiene en mente para reducir la deuda pública.
"No podremos vivir hasta el infinito con una carga tan pesada sobre la cabeza de los italianos. El camino practicable es el de garantizar, con un programa de varios años, ventas de bienes públicos por 15.000 20.000 millones de euros al año, lo que equivale al 1 por ciento del PIB", dice Grilli.
El ministro añade que "si piensa que tenemos ya un superávit primario, es decir, antes del pago de los intereses de la deuda, del 5 por ciento y cálculos de un crecimiento nominal del 3 por ciento, querría decir reducirlo en 20 puntos en cinco años".
Grilli, quien se convirtió en titular de Economía tras la renuncia al puesto anunciada por el primer ministro Mario Monti esta semana (había asumido también ese cargo cuando llegó al poder en noviembre), expresa su deseo de poder ejecutar ese recorte de la deuda pública.
"Sería feliz de poder dar un golpe seco a nuestra deuda, hoy en torno al 123 por ciento, y llevarla bajo cuota del 100 por ciento. Sería muy bueno. Desgraciadamente, digamos la verdad, no hay ya casi activos vendibles del Estado y de los entes públicos como hace veinte años", reconoce.
Después de que el Gobierno aprobara hace diez días un nuevo plan de recorte del gasto de 26.000 millones de euros, Grilli confía en poder seguir rebajando la presión fiscal sobre los italianos, pues ese ajuste permitió aplazar la subida del IVA al 23 % prevista para octubre hasta julio de 2013, aunque podría evitarse si se encuentran nuevos recursos.
El ministro de Economía de Italia espera que en un futuro se pueda reducir también la carga del impuesto de la renta sobre las personas físicas gracias, entre otras cosas, a la lucha contra la evasión fiscal, de la que esperan recaudar este año más de los 10.000 millones de euros.
"Hacienda tiene a su disposición nuevas herramientas. Tiene, por ejemplo, una mejor accesibilidad a las entidades financieras. Se han fotografiado 2 millones de inmuebles fantasmas que no figuran en el catastro. El uso del efectivo se ha limitado", puntualiza Grilli.