En la presentación del documento hoy en Dublín, el primer ministro irlandés, el conservador Enda Kenny, destacó que la presidencia rotatoria la asume ahora un país "en vías de recuperación" y dispuesto a liderar "la recuperación en Europa".
"Nosotros ya hemos comenzado nuestro trabajo", recordó Kenny, en referencia a la buena marcha del rescate solicitado por Irlanda en noviembre de 2010 a la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuantificado en 85,000 millones de euros.
Su adjunto en el gobierno de coalición y ministro también de Asuntos Exteriores, el laborista Eamon Gilmore, insistió en que el programa de actuación irlandés está centrado "en la recuperación de la ciudadanía" y diseñado para lograr "estabilidad, crecimiento y empleo".
"Trabajaremos para que en todas las áreas de actuación que se abordarán en los nueve consejos de la UE bajo nuestra presidencia trabajaremos se tomen decisiones sustanciales y se logren progresos reales", señaló el viceprimer ministro irlandés.
Kenny y Gilmore se reúnen hoy en Dublín con el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para analizar en detalle el programa de la presidencia irlandesa durante la primera mitad de 2013.
Según el programa del gobierno de Dublín, Irlanda quiere establecer "cimientos duraderos" para dotar de estabilidad a la economía comunitaria a través de la "Unión Bancaria", el "proceso Semestral Europeo" y la "siguiente fase de reformas de la Unión Monetaria y Económica".
La UE, dice el documento, debe hacer "todo lo posible" para crear empleo y un crecimiento sostenible, con especial énfasis en el desarrollo de un "Mercado Único del futuro, incluido un Mercado Único Digital", que sirva para "atajar el paro juvenil".
Para lograr estas metas, el gobierno irlandés desea que, "tan pronto como sea posible", los Veintisiete logren un acuerdo para establecer el marco presupuestario de la UE para el periodo 2014-2020.
Asimismo, Irlanda quiere aprovechar los lazos históricos que la unen a Estados Unidos para avanzar durante 2013 en el establecimiento de un futuro "acuerdo de libre comercio" entre ambos bloques, una cuestión clave para reactivar la economía de la UE y llevar a cabo políticas de creación de empleo.