El hermano del Premio Nobel de Literatura falleció el domingo pasado en Bogotá a los 77 años por diversas complicaciones de salud y tras padecer por varios años de Alzheimer.
En declaraciones que publica hoy el diario "El Espectador", la esposa de Gustavo García Márquez, Lilia Travecedo, dijo que el gobierno negó la solicitud de pensión y a cambio ofreció una indemnización que fue rechazada por ella.
La viuda relató que su esposo, que era ingeniero civil, se enfermó en 2001 cuando fungía de cónsul de Colombia en la ciudad venezolana de Barquisimeto.
"Él se enfermó cuando estábamos en Venezuela. Entró en una depresión que duró varios meses. Me puse en contacto con los hermanos y consideraron que lo mejor era que regresáramos a Colombia. Llegamos a Barranquilla a finales de 2001. Ya venía con desequilibrio emocional. Lo vio un neurólogo y le diagnosticó Alzheimer", dijo.
Según el relato, el hermano de "Gabo" no reaccionó al tratamiento y empezó a perder la memoria y sus facultades motrices.
"En 2003, 'Gabito' vino a Cartagena y se reunió con él. Me dijo: 'veo tan mal a Gustavo que lo voy a mandar a Cuba'. Fue la última vez que ellos se vieron. Allí lo internó en el Ciren (Centro Internacional de Restauración Neurológica de La Habana). Estuvo casi un mes, me mandaron una historia clínica en la que concluyeron que era un problema genético de la familia", continuó la mujer.
La cuñada del escritor dijo que le dio poder a un abogado para solicitar una pensión por invalidez al Ministerio de Relaciones Exteriores, que no la aprobó porque no tenía el requisito mínimo de aportes al sistema de seguridad social.
"Lo único que recibimos del Ministerio fue una oferta de indemnización, pero yo no la acepté porque no estaba reclamando eso, sino pensión de invalidez. Esos 16 millones de pesos (unos 7,800 dólares) salieron a nombre de Gustavo estando él totalmente discapacitado. Ya no firmaba, ya no hablaba, ya no tenía memoria. Me dijeron que tenía que empezar un proceso para declararlo interdicto y a mí curadora", señaló la viuda.
"Sigo esperando que los derechos de mi esposo sean reconocidos. No queremos seguir en la injusticia. Es paradójico, si uno se hubiera propuesto recrear 'El coronel no tiene quien le escriba', no hubiera salido así", dijo la mujer en referencia a la novela de "Gabo" en la cual un militar retirado muere sin recibir su pensión de jubilación. (DPA)
