Los ministros de Finanzas del grupo de ocho países industrializados (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón, Canadá y Rusia) y estos países restantes acordaron en la capital nipona establecer el Fondo de Transición para Oriente Medio y Norte de África, pensado para la aplicación de reformas.
Estados Unidos, que ha jugado un papel capital para crear el fondo, contribuirá con 50 millones de dólares (38.5 millones de euros), mientras que Reino Unido y Arabia Saudí aportarán cada uno otros 25 (19 millones de euros), y Canadá pondrá 15 millones (11.6 millones de euros).
Además, Japón y Francia colaborarán cada uno con 12 millones de dólares (9.2 millones de euros), Kuwait y Rusia donarán cada uno 10 (7.7 millones de euros), mientras que Catar aportará 5 (3.9 millones de euros), según datos difundidos por la agencia nipona Kyodo.
Sin embargo, el monto total está muy por debajo de los 250 millones de dólares (192 millones de euros) que inicialmente algunas partes habían barajado.
La decisión se tomó en un encuentro convocado en el marco de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que hoy celebró la plenaria de su junta de gobernadores en Tokio.
El fondo, creado bajo el paraguas del Banco Mundial, servirá para apoyar la transición en Egipto, Libia y Túnez a través de "asistencia técnica para llevar a cabo reformas políticas de cara a construir economías más y transparentes", detalló Kyodo.
El G8 teme que la incertidumbre política que experimenta el norte de África y Oriente Medio, de por sí expuestos a la subida y la alta volatilidad de los precios del crudo, disminuya su actividad económica, con efectos negativos sobre el turismo y los flujos de inversión.
El grupo ha apoyado la ayuda del FMI en la región a través de una mayor asistencia técnica y asesoramiento, y ha pedido a los bancos internacionales de desarrollo y a fondos de desarrollo regional que fomenten la coordinación y aumenten su apoyo para abordar los desafíos que afrontan estos países.