El Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional en el Senado de la República, que coordina Manlio Fabio Beltrones, planteó su determinación de buscar un nuevo modelo de crecimiento económico de largo plazo, viable, fundado en la mejoría del capital humano, en elevar el ahorro e inversión nacional (privado, social y público) en mayor productividad y en la eliminación de las prebendas económicas que obtienen monopolios y oligopolios.
Los senadores priístas reconocieron que “no hay al día de hoy un solo motor, una sola medida, que arregle los problemas económicos. Tiene que ser un gran paquete de medidas, integral, por fases y con tiempos, con objetivos viables. Primero es salir de la crisis económica, después volver a crecer y, al final, tener un crecimiento equitativo y sustentable”.
Al continuar los trabajos de la I Reunión Plenaria, en la “Torre del Caballito” los senadores del PRI conocieron los análisis que presentaron el senador Francisco Labastida Ochoa y la senadora Amira Gómez Tueme, sobre la situación económica nacional.
Ambos coincidieron en que el problema de fondo de la crisis por la que atraviesa el país es resultado de que el modelo económico actual ya perdió su dinamismo por lo que México necesita un nuevo modelo de crecimiento de largo plazo.
En su diagnóstico presentaron indicadores de organismos internacionales y de instituciones nacionales que revelan la gravedad de la situación económica que priva en México: El país tiene el gobierno que menos medidas está tomando para paliar la recesión económica la caída del PIB más fuerte con el 8 por ciento en 2009, la inflación más alta, 6 por ciento, y el menor déficit fiscal, dentro de la OCDE.
Como consecuencia del gran fracaso en la política económica el desempleo abierto llega a 2.4 millones de personas y el empleo formal con 16 millones es sólo una tercera de la Población Económicamente Activa, mientras el empleo informal alcanza a más de 12 millones de mexicanos. México ha perdido competitividad en exportaciones, que la producción y exportación petrolera está bajando y que el turismo perdió dinamismo por los problemas de seguridad interna y sanitaria del país y por la crisis mundial. Además de que la Inversión Extranjera y las remesas han disminuido considerablemente.
El escenario se complica aún más porque la productividad del país no ha crecido nada en los últimos 18 años, con ritmos de apenas 1por ciento anuales. Lo que ha influido en un raquítico crecimiento, menos del 2 por ciento anual del 2000 a la fecha, y en bajos salarios. Una de las primeras conclusiones del análisis es que la política económica seguida por los gobiernos panistas en la última década es un gran fracaso.
Ante este panorama el planteamiento del GPPRIS es construir un nuevo modelo económico capaz de resolver lo inmediato, que es el presupuesto del 2010, pero al mismo tiempo que siente las bases para enfrentar con éxito los problemas de mediano y largo plazo. Se trata de resolver la crisis, pero también de visualizar políticas que permitan recuperar un crecimiento estable y mucho más equitativo.
En cuanto al presupuesto del 2010 coincidieron en que antes de pensar en un aumento de impuestos, será indispensable quitar gasto improductivo, eliminar duplicidades, quitar privilegios fiscales y fortalecer la capacidad de ejecución de la inversión pública y elevar su productividad y rentabilidad social. Asimismo, platearon que privilegiaran el combate a los rezagos sociales e impulsarán los instrumentos que alienten la recuperación y el crecimiento económico.
Para que México pueda salir de la debacle económica en la que se encuentra, consideraron los senadores priístas, que es necesario: incrementar la infraestructura; romper con los privilegios monopólicos tanto del sector privado como público; fortalecer la capacidad e independencia de los organismos encargados de la regulación económica; mejorar la calidad de la educación; aumentar el gasto en investigación y desarrollo tecnológico. Independientemente de que la crisis económica es internacional, el gobierno federal tiene su gran carga de responsabilidad, pues no estimó la caída de la producción petrolera y sus efectos en las finanzas públicas de los tres niveles de gobierno, se concluyó.
Por último, los senadores plantearon que el PRI no va a ser reactivo ante las propuestas del Gobierno Federal, pues no se trata sólo de rechazar o aceptar las iniciativas del Ejecutivo, sino que el Revolucionario Institucional esta en la construcción de una agenda propia, para contraponer en su caso las medidas impositivas del gobierno, con planteamientos serios.