La jerarquía eclesiástica no debe rivalizar con el poder político. En México existe una clara separación entre los asuntos eclesiásticos y los del Estado, señaló.
“Hago un llamado a la sociedad a no caer en provocaciones, ni en posiciones que puedan dividir a los mexicanos, hago un llamado a la tolerancia”, subrayó.
Barbosa Huerta aseguró que el Estado tiene la obligación de proteger a la sociedad de los dogmatismos religiosos, de respetar la libertad de creencias, porque se trata también de un derecho fundamental, “lo que debe evitarse son las injerencias dogmáticas en lo que es bueno o malo para toda la sociedad”.
Miguel Barbosa dijo que la lucha por el Estado laico continúa en la defensa de las libertades, en el carácter de la educación que imparte el Estado y en la participación de la Iglesia en la política.
Indicó que la tolerancia es un valor de la democracia y una característica fundamental del Estado laico. “Tolerar significa el respeto a las ideas, a las creencias o a las prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”.
El senador Miguel Barbosa insistió en que la laicidad es el principio que establece la separación entre la sociedad civil y la sociedad religiosa, y ante los nuevos y viejos dogmas y fanatismos que recorren el mundo, debe valorarse el carácter laico del Estado mexicano.
Por ello, insistió el coordinador parlamentario, en el marco de estas marchas “hago un llamado a la tolerancia a quienes asistieron, a no caer en las provocaciones, en los dogmatismos, en las posturas irreductibles que nos dividen y confrontan”.