La reacción china se dio luego de que el vocero presidencial estadunidense Bill Burton recordara la víspera que Obama había dicho a los líderes chinos el año pasado que se reuniría con el Dalai Lama, "y él pretende hacerlo".
"China se opone firmemente a la visita del Dalai Lama a Estados Unidos y a que el líder estadunidense tenga contacto con el Dalai Lama", dijo el portavoz de la cancillería china, Ma Zhaoxu.
"Esta posición es consistente y clara", agregó en un comunicado emitido este miércoles.
"El Dalai Lama es una figura religiosa y cultural respetada en el mundo entero y la reunión se produce en ese marco", agregó Burton.
Pese a que Estados Unidos reiteró que considera el Tíbet como "parte de China", Pekín advirtió que Washington debe "reconocer el carácter muy sensible de la cuestión tibetana" y pidió a las autoridades estadunidenses que "lo gestionen de manera apropiada para evitar que haya más impacto en las relaciones bilaterales".
En plena polémica por el "caso Google" y la venta de armas a Taiwán, que provocó la suspensión de los lazos militares bilaterales, la cuestión del Tíbet supone un nuevo revés para las relaciones bilaterales que hasta hace unas semanas parecían avanzar a buen ritmo.
El Dalai Lama tiene previsto viajar a Estados Unidos para una gira de diez días a partir del 16 de febrero, aunque en la agenda todavía no está confirmada la fecha de la reunión con Obama.
El Dalai Lama –Premio Nobel de la Paz en 1989- se exilió a la India en 1959 y fue nombrado jefe de gobierno en el exilio en Dharamsala, una ciudad situada en el estado septentrional de Himachal Pradesh.
En la actualidad India acoge a unos 130 mil tibetanos que abandonaron sus hogares después de 1959.
La cuestión del Tíbet enfrenta regularmente a Estados Unidos y a China, que lo considera un asunto exclusivamente de política interna y rechaza la "injerencia exterior".