Hasta este domingo se habían contabilizado 8,019 muertos, entre ellos 68 extranjeros, y más de 17,000 heridos. Sin embargo, todavía no han llegado a las autoridades datos de muertos y heridos desde localidades muy aisladas en este país del Himalaya, por lo que se teme que la cifra de víctimas siga en aumento.
El primer ministro de Nepal, Sushil Koirala, prometió el sábado que la ayuda llegará a todos los damnificados. "Nadie se quedará sin techo", aseguró. Sin embargo, en muchas poblaciones la gente sigue durmiendo a la intemperie porque sus casas quedaron destruidas y porque aún no han recibido tiendas de campaña.
Millones de nepalíes perdieron su hogar a causa del terremoto de magnitud 7.8 en la escala de Richter. También en la capital, Katmandú, miles de personas permanecen en tiendas de campaña, donde tuvieron que soportar este fin de semana fuertes lluvias y vientos. (DPA)