Aunque Berlusconi había reiterado en varias ocasiones, la última en octubre a través de un vídeo mensaje, su decisión de no volver a presentarse a los comicios, en los últimos días cambió de opinión.
Sus correligionarios ya habían anunciado hace unos días que Berlusconi sería el candidato del Pueblo de la Libertad (PDL) en las próximas elecciones generales, pero hasta el momento nadie lo había oído de su boca.
La confirmación llegó al responder a los periodistas cuando entraba en Milanello para asistir a un entrenamiento del equipo de fútbol de su propiedad, el Milan, y para ello usó un léxico deportivo: "Yo no compito para conseguir una buena posición, yo salgo siempre a ganar", dijo Berlusconi.
El exprimer ministro puntualizó: "La opinión de todos era que se necesitaba un líder como el Berlusconi de 1994 (fecha en la que fundó su partido y entró en política), pero no lo había. Y no quiere decir que no lo hayamos buscado porque no es así".
"No he echado de menos el Gobierno ni un solo minuto. Vuelvo con desesperación a interesarme por la política y, de nuevo, por sentido de responsabilidad", subrayó al explicar los motivos que le han llevado a volver a ser candidato.
Berlusconi aseguró que en su lista electoral "habrá muchas caras nuevas" y que desde hace tiempo ha contactado con "muchos protagonistas del mundo de la empresa, del trabajo, de la universidad y también del deporte".
La vuelta de Berlusconi coincidió con la retirada del apoyo de su partido al Ejecutivo de Monti el pasado jueves en dos votaciones.
Por ello, mientras "Il Cavaliere" comenzaba su campaña electoral, Monti regresaba de una reunión económica en Cannes (sureste de Francia) para reunirse con el jefe de Estado italiano, Giorgio Napolitano, y analizar el momento de tensión política que atraviesa el país.
No obstante, durante su intervención en el World Policy Conference de Cannes Monti aseguró que no está preocupado, ya que se trata de "una situación manejable, dentro de la normalidad democrática del país" .
El presidente del Gobierno opinó que esa retirada del apoyo por parte del PDL "es un pequeño elemento de la dinámica política, pero muy importante", y lo vinculó al hecho de que se aproxima el fin de la legislatura.
La reunión de Monti con Napolitano se produce después de que ayer el presidente de la República mantuviese consultas informales con los líderes de las principales formaciones políticas del país.
Con estas reuniones se ha querido acordar "una hoja de ruta" para acabar la legislatura sin caer en el caos y con un pequeño adelanto de las elecciones a marzo de 2013, ya que esta concluía en abril.
En primer lugar, se tendrá que aprobar la llamada Ley de Estabilidad, con los presupuestos para el próximo año, y otras serie de medidas consideradas "indispensables" por el jefe de Estado y el Gobierno para el futuro del país, como el decreto ley de crecimiento y la ley para salvar el futuro de la acería Ilva de Taranto (sur de Italia), que da trabajo a cerca de 20,000 personas.
La incógnita es si entre las exigencias de Napolitano a los partidos se encuentra también la de cambiar la actual ley electoral, que no convence a ninguna formación, pero no consiguen llegar a un acuerdo para modificarla.
Posteriormente se procederá a la disolución del Parlamento a mediados de enero y se votará el 10 de marzo, una fecha elegida para que coincida con las elecciones regionales en Lombardía y Molise.
"La fecha del 10 de marzo me parece muy bien", declaró Berlusconi, a quien le quedan poco más de tres meses para poner orden en su partido, donde no a todos les ha gustado su regreso, y dar la vuelta a unos sondeos que le otorgan el 15 por ciento de los apoyos.
Por su parte, el centroizquierda, que acaba de celebrar sus primarias y ha elegido a Pierluigi Bersani como su candidato, ya está preparado para salir a conquistar el 35 por ciento de los votos que le dan las encuestas.