Al menos 890 personas se encuentran desaparecidas y los heridos ascienden a 1.906 a causa de los corrimientos de tierra y las inundaciones que asolaron cientos de aldeas, según el Consejo Nacional de Prevención y Respuesta a los Desastres.
Con miles de personas viviendo a la intemperie porque sus viviendas y chamizos fueron barridas por el tifón, el Gobierno, la Cruz Roja y la ONU se esfuerzan para proveer cobijo, alimentos y mantas para los damnificados.
Las provincias de Davao Oriental y Compostela Valley en la isla de Mindanao fueron las más afectadas por las riadas y los corrimientos de tierra, que dejaron sin viviendas, electricidad ni recursos a más de 400,000 personas.
"La destrucción es tan severa que no quedan apenas palmeras en pie. Mucha gente ha perdido toda sus pertenencias de una estacada. Necesitarán ayuda durante mucho tiempo", declaró Wilson Mondal, delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja.
Los servicios de rescate buscan entre lodo, palmeras caídas y restos de viviendas supervivientes en medio de la desolación.
A las necesidades materiales se sumó el domingo la derrota del boxeador y parlamentario filipino Manny Pacquiao, adorado por las masas, ante el mexicano Juan Manuel Márquez, lo que causó conmoción entre los filipinos.
Naciones Unidas ha lanzado una campaña mundial para recaudar 65 millones de dólares (unos 50 millones de euros) para ayudar a las víctimas del temporal.
Algunos damnificados en Davao Oriental relataron que tuvieron que alimentarse durante días con comida podrida y que decenas de heridos graves aún no han sido atendidos debido a que muchas vías de comunicación están intransitables, según la cadena de televisión ABS-CBN.
Más de 191,000 afectados reciben ayuda pero no tienen sitio en los centros de evacuación, donde se hacinan otras 116,000 personas que lo han perdido todo.
Según datos del organismo de desastre, hay 5.4 millones de afectados en 30 provincias a causa de "Bopha", que entre el martes y el jueves de la semana pasada destruyó más de 43,000 viviendas, muchas de ellas chabolas, y afectó a otras 70,000.
Los daños en infraestructuras y agricultura ascienden a más de 7 millones de pesos (173.8 millones de dólares o 134.7 millones de euros).
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, declaró el sábado el estado de calamidad nacional para agilizar la utilización de los fondos oficiales, la concesión de préstamos a intereses preferenciales y controlar los precios de los alimentos en las zonas perjudicadas, entre otras cosas.
Al menos 315 marineros fueron dados por desaparecidos el domingo después de que las compañías pesqueras llevaban una semana sin poder contactar con sus barcos.
Los atuneros partieron desde el sureste de la isla de Mindanao (sur) unos días antes de la llegada a Filipinas del "Bopha", a pesar de las advertencias de los servicios de meteorología.
"Pablo", el nombre local de "Bopha", ha resultado ser el peor tifón que ha visitado el país este año y cierra una temporada que empieza por lo general en junio y concluye en noviembre.
El año pasado ocurrió algo parecido con "Washi", que llegó inesperadamente a Filipinas la semana anterior a Navidad y mató a unas 1,200 personas.
La deforestación, la proliferación de las minas ilegales, la falta de infraestructuras y el chabolismo incrementan los efectos devastadores de los tifones y las inundaciones que afectan durante la época del monzón a Filipinas.