La reunión se celebra hasta el martes bajo el lema "Educación, Cultura e Innovación". Es la primera Cumbre Iberoamericana a la que acude el nuevo rey de España, Felipe VI.
La cita de Veracruz culmina el proceso de renovación que comenzó en Cádiz en 2012 en un intento por salvar al foro de la irrelevancia en la que fue cayendo en los últimos años.
El encuentro viene además marcado por la política interna para el anfitrión, el presidente Enrique Peña Nieto, golpeado por la desaparición y presunta muerte de 43 estudiantes en Guerrero. La identificación de los restos de uno de ellos en un laboratorio de Austria ha reavivado el caso.
A las ausencias anunciadas desde hace tiempo de Rousseff y Fernández de Kirchner se unieron las del venezolano Maduro, el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega. Al arranque de la cumbre tampoco acudió el cubano Raúl Castro.
La reunión tiene la cultura, la educación y la innovación como ejes centrales y, más allá de la previsión de que ponga en marcha un plan de movilidad académica iberoamericano parecido al Erasmus en Europa, se espera que sirva como relanzamiento de unas cumbres a las que cada vez les resulta más difícil competir con foros como Unasur o la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
Desde Veracruz, la periodicidad de estas cumbres que desde 1991 reúnen a los países de América Latina y la Península Ibérica pasará a ser bienal en lugar de anual. La próxima cita será en 2016 en Colombia.
En la cita mexicana no solo se estrena el rey Felipe VI. Lo hace también la costarricense Rebeca Grynspan como secretaria general iberoamericana. (DPA)