La considerada la más grande retrospectiva que se presenta en Italia del artista francés, se integra por un centenar de obras, 40 del máximo representante del arte naíf y 60 de sus contemporáneos, de acuerdo con el portal de Internet “mostrarousseau.it”.
Henri Rousseau, quien nació el 21 de mayo de 1844 en Laval, Francia, en el seno de una familia humilde, pasó cuatro años en el ejército durante su juventud, señalan sus datos disponibles en “buscabiografias.com”.
Durante ese tiempo, el pintor convivió con soldados que volvieron de México después de la campaña francesa en apoyo del emperador Maximiliano (1832-1867). En sus pláticas, los militares describieron la exuberancia de los paisajes, que tiempo después sería la inspiración de las intensas escenas de selva que constituirían el contenido de muchas de sus pinturas.
Tras concluir su carrera, el joven Henri trabajó en la oficina municipal de recaudación de arbitrios de París, de ahí viene su sobrenombre de “Aduanero”, pero su verdadera pasión era la pintura, a la que se dedicó por completo una vez jubilado en 1885.
Pese a su carencia de formación técnica, presentó en 1886 en el Salón de los Independientes su primer cuadro conocido, “El carnaval de los animales”, que mostraba su tendencia a la representación detallista, al empleo de colores intensos y sutilmente modulados, caracterizados por la ingenuidad, el calor humano y la percepción poética, como describe el portal “biografíasyvidas.com”.
Sus intereses temáticos se centraron principalmente en retratos y paisajes que desarrolló a partir de un lenguaje de gran ingenuidad e importantes dosis de fantasía. Su peculiar pintura figurativa, que combinó con la sofisticación temática y compositiva, constituye un caso único en el marco de las experiencias innovadoras de su época, afirma el sitio “arteespana.com”.
Entres sus pinturas más representativas se encuentran: “Detalle de un autorretrato de Rousseau” (1890), “La guerra” (1894), “La gitana dormida” (1897) y “La encantadora de serpientes” (1907), alegoría de gran fuerza expresiva.
En sus últimos años de vida, Henri Rousseau cosechó éxito y logró ser considerado uno de los principales representantes de las tendencias neoprimitivistas y de la pintura “naíf”, estilo pictórico caracterizado por la deliberada ingenuidad, tanto en la representación de la realidad como en los colores empleados.
Finalmente, a los 66 años de edad, el destacado artista francés murió el 2 de septiembre de 1910 en París.