La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha vivido la semana más incómoda desde que llegó al cargo, no solamente por las revelaciones embarazosas surgidas de cables diplomáticos de su departamento, sino porque ha tenido que verse, cara a cara, con muchos de los aludidos.
Un ex alto funcionario mexicano dio a entender durante una reunión con representantes de la Fiscalía General de Estados Unidos en octubre del 2009 que el gobierno había perdido el control sobre ciertas partes del país por el narcotráfico.
El gobierno de México reprobó de forma categórica la revelación ilegal de documentos, cuya autoría se imputa a la diplomacia estadunidense y asegura que el contenido de estos son parciales e inexactos.