Una mejor conservación de los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina requiere rebajar la temperatura de la sala, por lo que los visitantes que pasan cada año por ella verán como se limpia la suela de sus zapatos, se desempolva su ropa y se reduce su temperatura y calor corporal.
A la Capilla Sixtina se entrará con ropa y calzado desempolvado para su conservación
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