Durante los últimos años, el sistema financiero ha experimentado cambios profundos motivados por el avance del proceso de transformación digital. La irrupción de nuevos modelos y soluciones tecnológicas han permitido el desarrollo y la consolidación de nuevos actores en el ecosistema. Esto, a su vez, ha motivado una competencia abierta para ofrecer mejores servicios y productos para el consumidor final.