Tiene la piel de porcelana, la mirada verde y la pose elegante, pero lo que más atractivo hace a este misterioso "joven" de 550 años es la impronta de Sandro Botticelli en cada detalle de su retrato, una joya renacentista que han admirado amantes del arte de todo el mundo y que ahora busca enamorar a un nuevo dueño.
El "acontecimiento insólito" de comprar un Botticelli
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