Mientras la oposición exige explicaciones por la implicación de militares portugueses en redes de tráfico de drogas y diamantes, el primer ministro luso, António Costa, y el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, intentan rebajar el impacto del caso tanto dentro como fuera de las fronteras del país.
El Gobierno y el presidente portugués intentan rebajar un escándalo militar
