A medida que crece la población mundial, hay una mayor demanda de alimentos, y con esto, la presión sobre la tierra, que es un recurso limitado, también ha aumentado. La superficie de tierras de cultivo por persona a nivel mundial disminuyó de forma constante, pasando de 0.45 hectáreas en 1961 a 0.21 hectáreas en 2016, de acuerdo con los últimos datos que comparte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Hacen un llamado a migrar a una agricultura de conservación que genere menos impacto en el medio ambiente
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