Microplásticos se han encontrado en lugares recónditos del planeta, como el Círculo Polar Ártico o el Everest, pero también en el estómago de tiburones o pingüinos y en heces humanas y placenta. Ahora, un estudio demuestra por primera vez que también pueden hallarse en el torrente sanguíneo de personas.
Encuentran por primera vez microplásticos en el torrente sanguíneo humano
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