Al supervisar la conclusión de la excavación de los primeros 10 kilómetros del TEO, José Luis Luege explicó que para reducir el riesgo de inundaciones, se aceleró el desarrollo de esa parte del proyecto. Así, junto con la Planta de Bombeo El Caracol, se incrementará la capacidad de desalojo de aguas negras y pluviales de los municipios del oriente del Valle de México, entre ellos Ecatepec y Nezahualcóyotl. Esas aguas serán conducidas hasta el Estado de Hidalgo, por el Gran Canal del Desagüe.
Destacó que “este primer tramo es estratégico debido a que proporcionará una forma segura de desalojar las aguas negras del oriente de la capital mexicana y porque forma parte del Programa de Sustentabilidad Hídrica de la Cuenca del Valle de México”.
Consideró que el TEO es histórico porque solucionará los problemas de inundaciones en la región, los cuales no habían sido atendidos en administraciones anteriores —a pesar de los riesgos que existían para la población— debido a la gran inversión que requiere.
José Luis Luege subrayó que, una vez concluido, el TEO tendrá una longitud de 62 kilómetros y desalojará hasta 150 mil litros cada segundo. Es construido a profundidades que van desde 26 metros hasta 150 metros, su trazo comienza en la segunda lumbrera del Túnel Interceptor del Río de los Remedios —localizada en los límites del Distrito Federal y del Estado de México— y termina en el municipio de Atotonilco de Tula, Hidalgo, cerca del portal de salida del Túnel Emisor Central.
Finalmente, reiteró que esta administración construyó obras fundamentales para dar viabilidad hídrica al Valle de México y que representan inversiones nunca antes hechas en la ciudad, entre esas, las plantas de bombeo La Caldera, La Gasera y Casa Colorada Profunda; el Canal de Estiaje del Río de la Compañía; el Túnel Interceptor Río de los Remedios y la modernización del Sistema Cutzamala.