En declaraciones a la emisora MVS, Cacho atribuyó las amenazas a represalias en su contra por las revelaciones contenidas en su libro "Esclavas del poder. Un viaje al corazón de la trata de mujeres y niñas en el mundo" (2010), donde da los nombres de diversos grupos y redes criminales, así como de funcionarios públicos que colaboran con ellos en acciones de trata de personas en México.
"Sí creo que está vinculado sobre todo con la denuncia de cómo funcionan las rutas y las redes de tratantes de mujeres a lo largo del país y en las zonas del sureste (de México) en particular, no solo en Quintana Roo", declaró Cacho.
Adelantó que ya tiene "algunos indicios del lugar del que sale el correo electrónico" enviado a la Fundación Lydia Cacho, con sede en España, el pasado 14 de junio, aunque su caso está "en una cola de miles" más que debe aclarar la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía).
El mensaje en cuestión menciona: "Deje en paz al exgobernador", cuyo nombre no trasciende.
Cacho, cuyo centro de protección a menores se encuentra en Cancún, urbe del estado caribeño de Quintana Roo, dijo que "hay tantos exgobernadores" en sus libros sobre corrupción en México que "habrá que ser muy cautelosa" para obtener el nombre de quién podría ser el autor intelectual de las amenazas de muerte que ha recibido.
"Algunos expertos que ya analizaron los correos y las llamadas (...) me explican que esta persona tiene todas las características, por el tipo de correo, por el tipo de llamada, de ser un sicario bajo sueldo, pero alguien que sí está directamente interesado en hacerme daño y en amedrentarme", agregó.
Señaló que dar con la persona que materializó las amenazas es el primer paso para saber "a quién está defendiendo o por quién está pagado" ese presunto sicario a sueldo.
Por el momento Cacho dijo que seguirá investigando para llegar al fondo del caso.
Las amenazas de muerte motivaron hace dos días una "acción urgente" de Amnistía Internacional (AI) pidiendo a sus activistas y simpatizantes que presionen al gobierno mexicano directamente o a través de sus embajadas para que se brinde una adecuada protección a Lydia Cacho.
El modo de ejercer presión es con correos electrónicos, cartas, faxes o cualquier forma de comunicación para que el gobierno tome cartas en el asunto y vea la preocupación internacional de la vulnerabilidad y desprotección que enfrenta un defensor de derechos humanos, en este caso Cacho, declaró a MVS hoy Rupert Knox, investigador de AI, desde Londres.
El objetivo final de la misma es pedir a las autoridades del país que "realmente realicen una investigación rápida y eficaz para deslindar responsabilidades, esclarecer lo que pasó y llevar ante la justicia a los responsables" de las amenazas.
Para Knox, los esfuerzos relativos al caso se deben hacer "dentro de la sociedad mexicana", pero "desde la esfera internacional" se pueden apoyar, ya que este ámbito aporta "un elemento más en la búsqueda de la protección y la justicia".
Las amenazas recibidas por la periodista consistieron en un correo electrónico enviado a la Fundación Lydia Cacho en España el pasado 14 de junio y una llamada telefónica anónima hecha el 17 junio en México.
Por los hechos se han presentado sendas denuncias tanto en México como en España, indicó la organización no gubernamental.