Durante la inauguración de ese embalse, encabezada por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, explicó que la presa y el acueducto, de más de 42 kilómetros, harán posible que la Conagua entregue tres mil litros de agua, cada segundo, a la ciudad de Mazatlán y su zona conurbada, lo que garantizará el abastecimiento a la población, por lo menos, durante 50 años, y constituirá un estímulo para el desarrollo, pues al tener más agua se atraerán inversiones que impulsarán el crecimiento de los sectores turístico, comercial e industrial.
Al operar la presa, que será complementada con infraestructura hidroagrícola, se creará la zona de riego Baluarte-Presidio, en cuyas 22 mil 500 hectáreas se darán oportunidades directas de desarrollo a 15 mil familias de los municipios de Mazatlán, Rosario y Escuinapa. Así, se cubrirá el rezago en materia de riego en la región sur de la entidad que, a pesar de tener disponibilidad de agua y suelos propicios para la siembra, no tiene la infraestructura para usar el agua de manera eficiente en el campo.
Esa presa, además, tiene la capacidad para que se instale una minihidroeléctrica y se genere energía limpia y sustentable.
El proyecto integral de la presa Picachos, subrayó, contribuirá a avanzar hacia la sustentabilidad hídrica, debido a que se aprovecharán los escurrimientos y se reducirá la extracción actual de los acuíferos, que deben ser preservados para garantizar el desarrollo de las futuras generaciones.
Finalmente, hizo énfasis en que la presa —que cumple con todos los lineamientos legales y ambientales— dará muchos beneficios adicionales, principalmente para quienes habitan cerca de ella, pues tienen potencial para el desarrollo económico y podrán dedicarse a actividades recreativas, de ecoturismo, acuacultura y pesca, entre otras.