Ciudad Juárez, competitivo y próspero: Heriberto Félix Guerra

Las acciones sociales del gobierno federal en ciudad Juárez han hecho posible un movimiento de competitividad, con el cual esta urbe fronteriza se ha convertido nuevamente en un espacio para la esperanza y la prosperidad, donde los niños asisten a la escuela y paulatinamente se alejan de las condiciones de pobreza y marginación que orillan a la violencia y la criminalidad, afirmó el secretario de Desarrollo Social (Sedesol), Heriberto Félix Guerra.

Destacó que gracias al Programa Oportunidades, hoy los niños y jóvenes juarenses reciben 25 mil becas, con las cuales pueden asistir a la primaria, secundaria y preparatoria, a diferencia de hace algunos años cuando no podían asistir a las aulas por falta de recursos económicos.

Enfatizó que el este éxito radica en que el Gobierno del Presidente Felipe Calderón privilegia la parte humana, pone en el centro de sus acciones al individuo. "Oportunidades va y apuesta más que a la obra física a la obra humana, al ser humano: alimentación, salud y educación, para que los hijos de la pobreza de hoy no sean los padres de la pobreza del mañana", destacó Félix Guerra.

En cuanto a la obra física, pavimentación, drenaje, agua potable y alumbrado, el encargado de la política social del país subrayó que la Federación trabaja, junto con la sociedad civil, mediante una coinversión de 20 millones de pesos, aportación con la cual se han construido seis centros comunitarios y 9 espacios públicos, instrumentos esenciales para brindar un mejor modo de vida a los habitantes de Ciudad Juárez.

Estos proyectos, entre los cuales se encuentra el Centro de Desarrollo Comunitario Felipe Ángeles, "ha cambiado la visión y opciones de los habitantes, ya que ahora hay un ánimo renovado, que no se había visto. Si hace nueve meses vi incertidumbre y miedo, ayer vi coros de niños y de niñas, niños en las bibliotecas, y a jóvenes trabajando en sus computadoras".

Al concluir su gira de trabajo por esta ciudad, Heriberto Félix Guerra apuntó que gracias a la operatividad de los programas sociales y al involucramiento de la sociedad, se ha evitado que jóvenes y niños pasen a ser parte de ese gran mercado de caldo de cultivo que es la delincuencia y el crimen.

“Cuando un niño no tiene oportunidades de bienestar, es presa fácil del crimen organizado, tanto para la distribución o consumo de droga como para convertirlos en sicarios”, sostuvo.