"No nos tomamos el tiempo para reconocer lo que es gracioso", criticó el actor ganador de dos Óscars por "Inglourious Basterds" (2009) y "Django Unchained" (2012) en una entrevista publicada hoy en los diarios alemanes "Stuttgarter Zeitung" y "Augsburger Allgemeine".
"Estamos demasiado ocupados en ser exitosos, productivos y serios", afirmó. "El mundo es cada vez menos gracioso", agregó.
Aunque es consciente de las tensiones internacionales como el conflicto en el este de Ucrania o la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), Waltz dejó claro que es también bueno pensar de vez en cuando en que "aún existe otro mundo que podría ser divertido".
En su nueva película "Kill the Boss 2", el austríaco tuvo que actuar con cómicos y artistas de la improvisación, algo que no le agradó en un primer momento en absoluto. "Yo soy realmente malo improvisando y eso me hace tener miedo". No obstante, después de decidirse a formar parte del equipo del film, reconoció que fue "una experiencia fantástica". (DPA)