El director, de 81 años, la recibió de manos de su compatriota Paolo Sorrentino, otro habitual en la Croisette por filmes como "La grande bellezza" (2013) y que alabó de él que sea una persona que busque sin cesar "conocer el mundo y plantearse cuestiones".
"Estaría horas observando su curiosidad infantil. Esa curiosidad es la que hace grande su carrera. Su rebelión es necesaria", añadió al presentar ese homenaje, precedido de los aplausos en la sala.
"Se lo agradezco en primer lugar al festival, que ha aceptado concederme este premio, y principalmente a Thierry Frémaux, que no solo es un gran delegado general del certamen, sino también un amigo", apuntó Bellocchio al recibir esa Palma, dedicada a su familia "en sentido amplio"
La participación del director en esta 74 edición de Cannes ha sido completa: presentó en la nueva sección no competitiva Cannes Première "Marx può aspettare", un documental en el que intenta entender el suicidio de su hermano gemelo a los 29 años, y ofreció además una clase magistral sobre su trayectoria.
En ese encuentro con público y acreditados apuntó que volvería a vivir su misma vida: "No tengo que arrepentirme de no haber hecho lo que debería por falta de valentía", dijo el también responsable de títulos como "Salto nel vuoto" (1980), con la que Michel Piccoli y Anouk Aimée vieron premiada en Cannes su respectiva actuación.
Este sábado, insistió en esa ausencia de arrepentimiento: "Un cineasta debe dar muestra de valentía. Las cosas de las que estoy más orgulloso las he hecho con valentía".
Bellocchio acudió a Cannes en un parón del rodaje de su nueva serie, "Esterno notte". Su última participación en el certamen se remontaba a 2019, fecha de la anterior celebración física del festival tras el parón del año pasado por la pandemia.
Presentó entonces "Il traditore", una película que este jueves consideró que fue fruto de su madurez profesional, porque no sabía nada de la mafia y de joven sí necesitaba limitarse a los temas que conocía.
"Enrico IV" (1984), "Il principe di Homburg" (1997), "La Balia" (1999), "L'ora di religione" (2002) y "Vincere" (2009) optaron igualmente en el pasado a la Palma de oro, mientras que en la también sección oficial Una Cierta Mirada estrenó "Il sogno della farfalla" (1994) e "Il regista di matrimoni" (2006).
Cannes ensalzó con este premio honorífico a un autor que, según dijo cuando fue anunciado en junio el presidente del festival, Pierre Lescure, "cuestiona desde siempre las instituciones, las tradiciones, la historia íntima y colectiva", con obras que "revolucionan el orden establecido".