Así lo establece Van Rompuy en una carta que ha enviado a los jefes de Estado y de gobierno como invitación a la cumbres europea y de la eurozona que se han programado para este domingo y que pondrán punto final a tres días de reuniones maratonianas para cerrar un plan integral anticrisis en la UE.
El presidente del Consejo reconoce en la invitación que "la situación económica sigue empeorando", si bien dice "tener confianza" en que "en la cumbre se estará a la altura de la situación", ha apuntado.
Ese empeoramiento de la situación lo achaca a "una ralentización del crecimiento en Europa y el resto del mundo que se debe parcialmente a la crisis de la deuda soberana en ciertos países".
En el almuerzo, los líderes de la UE se reunirán por última vez con el presidente saliente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, para discutir "los últimos acontecimientos financieros y tomar las decisiones requeridas de recapitalización del sector bancario".
Trichet, así como los jefes de Estado y gobierno de los diecisiete países de la moneda única celebraran por la tarde una cumbre de la eurozona a la que también se sumará la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.
Van Rompuy señala en la invitación a esa cumbre que "los acontecimientos en los mercados de deuda muestran que la crisis no ha terminado".
Aunque apunta que en los últimos tres años, la eurozona ha tomado medidas "sin precedentes", afirma que "es necesario tomar más medidas".
La Unión Europea intensificará a partir de este viernes su agenda para preparar la cumbre de líderes de los Veintisiete y de la eurozona, al iniciar unas reuniones maratonianas destinadas a que la cumbre de líderes del domingo cierre los detalles de su plan integral anticrisis.
Para preparar las citas del fin de semana, Francia y Alemania han intensificado los contactos para limar diferencias y acercar posiciones sobre el refuerzo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y la ampliación de la participación privada en el segundo rescate griego.
De hecho, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, viaja hoy a Fráncfort para tratar con la canciller alemana, Angela Merkel, la preparación de la cumbre, lo que supone un cambio de planes porque inicialmente estaba previsto que los dos mandatarios mantuvieran una conversación telefónica.
El objetivo de la cumbre es no solo dar respuestas parciales a la crisis como han venido haciendo hasta ahora los líderes, sino presentar un plan integral que acabe una vez por todas con la crisis de la que Europa es su epicentro y que ha alcanzado ya dimensiones sistémicas.
Para Van Rompuy, hay que concentrar esfuerzos en "estabilizar la situación, esto es, restablecer la confianza y potenciar el crecimiento económico y el empleo".
La agenda de esta cumbre extraordinaria de la Eurozona dependerá en gran medida de las decisiones que tomen los titulares de Finanzas a lo largo del Eurogrupo del viernes noche y el Ecofin del sábado por la mañana.
Sobre la mesa está la hoja de ruta del presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso que consiste en cinco bloques: actuar decisivamente con respecto a Grecia; maximizar la eficacia del FEEF y adelantar un año la entrada en vigor del Mecanismo Europeo de Estabilidad; recapitalizar la banca, acelerar las políticas de estabilidad y fomento de crecimiento; y establecer una gobernanza económica más robusta e integrada.