La medida responde a la promesa gubernamental de subir el salario cuando el Producto Interno Bruto (PIB) de la isla subiese un tres por ciento o más durante dos trimestres consecutivos, y en concreto aumentará el sueldo de los obreros que desempeñan las labores peor remuneradas que, en gran parte, provienen del Sudeste Asiático.
El primer ministro aseguró que las estadísticas oficiales apuntan a un aumento del PIB superior al tres por ciento en el primer trimestre de 2013, y que en el cuarto trimestre de 2012, el alza fue del 3.72 por ciento.
El empresariado isleño respondió positivamente a la medida, pero pidió que el alza de salarios fuese moderada.
La economía ha pasado un mal momento en 2012, pero se está recuperando este año y eso hace que no nos opongamos a subir los salarios, dijo el secretario general de la Federación Nacional de Industrias, Tsai Lien-sheng.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio General de Taiwán, Chang Pen-tsao, abogó por un salario mínimo "diferente" para obreros extranjeros y para obreros locales, con el fin de mantener en la isla industrias que dependen de los bajos costos de producción.