La calificación ha pasado de A a A- para la deuda a largo plazo y de A-1 a A-2 para la de corto plazo, a pesar de lo cual todavía se mantiene por encima de la categoría que se aplica a los prestatarios considerados poco fiables.
Standard & Poor's espera informaciones adicionales sobre las consecuencias de la reestructuración del grupo y del posible respaldo de las autoridades belgas y francesas a la banca para otra posible revisión de la nota, informó la agencia belga.
Por otra parte, el gobierno federal y las regiones celebran esta mañana una reunión en la que pretenden dar con una posición común sobre el futuro de Dexia.
La viceprimera ministra socialista, Laurette Onkelinx, no ha descartado del todo la posibilidad de una nacionalización de Dexia Banca Bélgica, de la que estaría por ver su amplitud.
La entidad desmintió ayer las informaciones apuntando a una posible nacionalización.
El ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, ha indicado por su parte que el objetivo es consolidar la posición de Dexia y asegurar la financiación del grupo junto con Francia, así como garantizar el conjunto de la clientela y apoyar el empleo.
El primer ministro belga, Yves Leterme, y el titular de Finanzas se reunirán hoy con los responsables de las tres regiones de Bélgica para tratar el asunto.