Sin embargo, mantiene la calificación de la deuda de la empresa a corto plazo en A-2, y asigna a ambas notas una perspectiva "estable", indicó hoy la agencia en un comunicado.
S&P señaló que la rebaja de la nota de Telefónica se debe a los "desafíos" a los que se enfrenta el mercado español, a un posible aumento de los riesgos regulatorios en algunos mercados de América Latina, así como a la perspectiva de la "agresiva política de retribución de dividendos" de la compañía.
Por todo ello, S&P prevé que la reducción de la deuda será menor de lo esperado.
La agencia de calificación de riesgos afirma que la perspectiva es estable ya que pronostica que el grupo mantendrá una liquidez activa adecuada a través de la gestión y conseguirá reducir el apalancamiento en un plazo de dos años.
S&P considera que el crecimiento orgánico será más débil de lo que preveía, debido a que persisten las presiones sobre el mercado español y a que el impulso procedente de América Latina será probablemente menor de lo esperado.
Durante este ejercicio Telefónica anunció un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) al que se acogerán unos 6,500 trabajadores entre 2011 y 2013 y que supondrá para la compañía un coste de 2,700 millones de euros.
En el primer semestre del año, el beneficio neto de Telefónica cayó un 16.3 por ciento, hasta los 3,162 millones de euros, mientras que sus ingresos crecieron un 6.3 por ciento hasta los 30,886 millones de euros, impulsados por Latinoamérica.
Las acciones de la empresa de telecomunicaciones comenzaron el año por encima de los 16 euros, pero en los últimos meses han caído hasta alcanzar unas pérdidas anuales de alrededor del 19 por ciento.
Minutos después de conocerse la rebaja en la calificación de S&P cada acción cotizaba un 0.07 por ciento a la baja, con un precio de 13,335 euros por título frente a los 13,345 de la víspera.