El economista jefe para Europa de S&P, Jean-Michel Six, indicó que la evolución del producto interior bruto (PIB) debería ser más favorable en 2014, en una conferencia de presentación de su informe sobre las perspectivas del crédito a las empresas para los dos próximos ejercicios.
Entre los elementos más positivos, Six destacó "un entorno internacional más favorable para Europa", ya que con el vigor de la expansión en los grandes países emergentes y el compromiso que se espera en Estados Unidos sobre el llamado "precipicio fiscal", la demanda que le llegará del exterior aumentará un 5 por ciento en 2013 y un 8 por ciento en 2014, niveles muy superiores a los de 2012.
Hizo hincapié también en que con el anuncio por el Banco Central Europeo (BCE) de su programa de compra de deuda de los países en dificultades "se ha realizado un progreso considerable en el restablecimiento de la confianza" en la moneda única, ya que en realidad "hay dos zonas euro, el norte y el sur".
"Los tres o cuatro próximos meses van a ser cruciales para el restablecimiento de la confianza en la unión monetaria" y si ese progreso se confirma -avanzó-, "podremos ver que las primas de riesgo se siguen reduciendo", de manera que se vuelva a "transmitir la política monetaria a la economía real".
Insistió en que la pérdida de la confianza se había debido sobre todo a la percepción por el mercado de un riesgo de ruptura de la zona euro, una hipótesis -precisó- que no era la de S&P y que "ahora se aleja".
Six indicó que por ahora "tenemos una zona euro que se reduce a una unión aduanera" puesto que "el mercado interbancario no funciona desde 2011" por la aceleración de la crisis de las deudas soberanas que se ha traducido en "el equivalente de un control de capitales" en el interior de la zona euro, con los bancos que casi sólo prestan en el interior de sus respectivos países.
En cuanto a la unión bancaria, el economista jefe para Europa admitió que "es un proyecto extremadamente ambicioso e importante" por lo que aportaría a desvincular el sector bancario de las dudas sobre las deudas soberanas, pero mostró dudas sobre una rápida concreción: "nos sorprendería que se materializara en los próximos meses".
Constató que, tal y como era necesario, "ha habido un incremento de la flexibilidad en los salarios" respecto a los precios en especial en los países periféricos de la moneda única, que se ha traducido en una bajada del poder adquisitivo.
Six se refirió en particular a la situación de Francia, un país para el que S&P augura un incremento del PIB del 0.4 por ciento en 2013, y al que su agencia había retirado la máxima calificación crediticia, la "triple A", y la puso en perspectiva negativa.
Calculó que Francia no cumplirá el objetivo de reducción del déficit al 3 por ciento del PIB el año próximo, y que la cifra se quedará en el 3.5 por ciento, pero le quitó importancia.
A su juicio, las principales preocupaciones que justifican la perspectiva negativa para Francia son los riesgos de un crecimiento menor del esperado o de un nuevo deterioro de la balanza de pagos.
Sobre las perspectivas de la situación del crédito a las empresas europeas, S&P indicó que "2013 es un año que va a seguir siendo difícil" con "un ligero deterioro" reflejado en una tasa de incidentes de pago de la deuda del 6.3 por ciento, muy por debajo del pico histórico de 2009 (14.7 por ciento), pero superior al 4 por ciento considerado normal.
La economista de la agencia Alexandra Dimitrijevic auguró: "seguiremos teniendo un deterioro de la nota del crédito corporativo" tras haber recordado que un 26 por ciento de las empresas a las que califican en el Viejo Continente tienen una perspectiva negativa y que durante 2012 hasta finales de noviembre han procedido a deteriorar la evaluación del 24 por ciento.
Dimitrijevic puso también el acento en la resistencia que han mostrado las compañías sometidas a su supervisión, gracias a "una gestión prudente de su tesorería" y a la política del BCE que les ha permitido acceder a "tipos históricamente bajos".