Apenas medio centenar de agentes ministeriales se encarga en México de investigar unas 500 denuncias de casos de lavado de dinero, en un país donde, según fuentes financieras, son blanqueados al año entre 8 mil y 25 mil millones de dólares.
Estos 50 investigadores, apoyados por otros 60 trabajadores administrativos, pertenecen a la Unidad de Lavado de Dinero de la Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía), y hacen su labor a partir de denuncias anónimas y de reportes de la Unidad de Inteligencia Financiera que depende de la Secretaría de Hacienda, con 99 empleados.
No son los únicos que llevan estas investigaciones, pues existen otras áreas de la PGR que pueden realizarlas, como la unidad contra la delincuencia organizada, pero la mayoría de los casos recae en el primer grupo de agentes ministeriales.
Cada uno de ellos lleva actualmente un promedio de diez casos, lo que implica que cada investigador se sumerja en unos mil 500 voluminosos tomos (con reportes, facturas, movimientos financieros).
Irving Barrios, titular de la Unidad de Lavado de Dinero de la PGR, dijo que la persecución del delito "es un trabajo que a lo mejor no se tiene al ciento por ciento como se quisiera".
Afirmó que la tarea es enorme, que la cantidad de casos "ha rebasado" la capacidad de los agentes ministeriales y que lo ideal sería duplicar el número de investigadores, que además deberían estar acompañados de peritos en contabilidad.
También se requiere de una ley que permita un ataque más certero para evitar interpretaciones "vagas" de los jueces.
Para ilustrar esta situación explicó que durante cuatro meses fue investigada una persona que movía 100 millones de pesos (unos 7 millones de dólares), de los que al menos 95 millones provenían del crimen organizado.
Esta persona, de la que se reservó su identidad, fue detenida, pero a las 72 horas puesta en libertad por un juez que tuvo una interpretación distinta sobre el tipo penal de operaciones con recursos de procedencia ilícita.
En el Congreso hay una iniciativa de ley para debilitar las estructuras financieras del narcotráfico, pero los legisladores están en receso desde el pasado 30 de abril y regresarán a sus labores en septiembre.
Mientras, los departamentos jurídicos de la PGR y Hacienda, así como representantes de la Judicatura analizan el proyecto para contribuir con aportaciones que eliminen posibles "interpretaciones vagas" que pudieran darse por parte de los jueces.
Un informe del Fondo Monetario Internacional, citado por el Congreso mexicano, señala que en el país son lavados entre 8 mil y 25 mil millones de dólares, pero varios especialistas cuestionan estos cálculos, incluido Barrios, qué desconoce cómo se establecen esos montos.
El experto mexicano Ramón García Gibson afirma en su libro "Prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo" (INACIPE, 2009): "No existen fórmulas exactas para determinar cuánto dinero se lava en el mundo".
Sea como fuere, todos coinciden en que se trata de grandes cantidades dinero, pues el crimen organizado no solo obtiene recursos del narcotráfico sino de otras actividades ilícitas como el secuestro, tráfico de armas o de personas.
Desde Suramérica son enviadas cada año a México unas 400 toneladas de cocaína con destino a Estados Unidos, sus precios van de los 2 mil dólares el kilo (en el país de origen), 12 mil (en México) y 100 mil (en Estados Unidos).
Además los capos mexicanos producen 7 mil toneladas anuales de marihuana y grandes cantidades de drogas sintéticas dirigidas al mercado ilegal estadounidense, el mayor consumidor mundial de estupefacientes.
Barrios explicó que buena parte del dinero generado por la venta de drogas es empleado por los capos para pagar los cargamentos, a los sicarios y a las autoridades corruptas. El resto, es susceptible de ser lavado.
Según un análisis del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de Diputados de México, el lavado de dinero "permite a las organizaciones criminales contar con capitales multimillonarios para mantener y ampliar sus operaciones".
Con todo, la Unidad de Lavado de Dinero ha aumentado sus decomisos, aseguró Barrios, quien señaló que en 2007 fueron decomisados 20 inmuebles; en 2008, 40 y en 2009, unos 110.
Sobre los detenidos, en 2008 el número fue de 120, y 150 en 2009, mientras que en dinero, de 2006 a 2010, se decomisaron 140 millones de dólares en efectivo, sin incluir los 205 millones decomisados a Zheli Ye Gon; 80 millones de pesos en efectivo, más 300 millones de pesos en cuentan bancarias en moneda nacional.