Al inaugurar la 28 Convención de Aseguradores AMIS afirmó que la fuerza y solvencia del sector le ha permitido a las familias y a la economía hacer frente a los choques a los que día a día estamos expuestos de manera individual, institucional y a fenómenos naturales como los ocurridos en los últimos meses.
Ante el presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Manuel Escobedo, el encargado de las finanzas públicas informó que los sismos de septiembre pasado dejaron casi 75 mil siniestros, de los cuales dos terceras partes ya han sido pagados sin poner en entredicho la solvencia del sector.
Al hacer un balance del sector asegurador en los primeros cinco años de esta administración, expuso que ésta ha evolucionado bien durante el periodo, debido a la reforma a la Ley de seguros y los resultados robustos que ha logrado esta industria.
El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) consideró que la nueva Ley de seguros, que se promulgó en 2013, ha sido un “parteaguas” puesto que la legislación anterior era de 1935 y realmente se necesitaba una nueva arquitectura.
Detalló que la nueva ley consolidó 51 disposiciones secundarias y más de 200 circulares en una sola legislación, una circular y cuatro nuevos reglamentos, lo que le da al sector una enorme solidez jurídica y regulatoria.
Esto le permitió mejorar aspectos como la solvencia, el control a través de un mejor gobierno corporativo, la administración de riesgos, los controles internos, la prevención, así como la revelación de información y transparencia del mercado.
“Esta ley al final del día ha puesto, regulatoriamente hablando, al sector seguros a la vanguardia de los estándares de Solvencia II en el mundo; eso además se hizo en un proceso con un amplio diálogo entre las autoridades y el sector”, subrayó.
González Anaya destacó que la nueva Ley de seguros se construyó de manera participativa por parte de todos y eso hace un sólido marco regulatorio, lo cual ha permitido que los principales indicadores del sector hayan mejorado notablemente.
Así, la prima per cápita pasó de dos mil 392 pesos en 2016 a tres mil 909 pesos el año pasado, las reservas y la rentabilidad financiera se incrementaron notablemente y la penetración aumentó de 1.6 por ciento en 2006 a 2.2 por ciento del PIB en 2017.
Comentó que el sector de seguros se ha convertido en un enorme inversionista institucional, con activos por más de un billón de pesos, invertidos en diferentes proyectos que le han permitido al país financiar obras de infraestructura.
Estimó que una prueba de la agilidad del asegurador fue la reacción que tuvo a los sismos que ocurrieron en septiembre pasado, los cuales ocasionaron casi 75 mil siniestros, por un monto estimado de daños de 30 mil 685 millones de pesos.
De esta cantidad, ya se pagaron dos terceras partes de los siniestros, “todo esto se ha hecho sin poner en entredicho la solvencia y solidez del sector. Los eventos no fueron menores, tuvieron un impacto enorme en la población”.
Si bien los daños que ocurrieron en la infraestructura pública han sido cubiertos en la parte de seguros, los daños a las casas de las personas fueron enormes, pues se cayeron decenas de miles de casas y muchas de las cuales no estaban aseguradas.
Así, refirió que los retos del sector son aumentar la penetración de los seguros en todos los sentidos, como en la cobertura médica, protección de vivienda ante desastres naturales, protección de activos de micro y pequeñas empresas, seguros de riesgos electrónicos (ciberataques), para la infraestructura y riesgos catastróficos.
“No me queda la menor duda que tenemos un sector de seguros sólido, solvente, líquido y creciendo, pero nos gustaría que creciera más y tenemos que trabajar todos, las autoridades, las compañías de seguros y la población para ofertar más y mejores productos de seguros, que la gente lo entienda, los demande y vea la enorme utilidad que tienen los seguros en nuestra vida y en nuestro país”, añadió.