En un comunicado remitido a la Bolsa de Londres, la compañía destacó que la crisis sanitaria provocó una caída del 78 % de sus ingresos respecto al año fiscal anterior, hasta alcanzar una facturación de 1,180 millones de euros (1,377 millones de dólares).
También su tráfico aéreo bajó un 80 % y transportó entre abril y septiembre 17 millones de pasajeros.
Ryanair indicó que prevé un segundo semestre con "pérdidas récord", si bien advirtió de que no puede efectuar un pronóstico de resultados para el final del periodo fiscal por las "incertidumbres" que presenta la covid-19.
En consecuencia, señaló que se prepara para una etapa "enormemente difícil", en la que, además, de la pandemia, deberá lidiar con la volatilidad del brexit, el coste del combustible, la competencia de "nuevas y existentes" aerolíneas, las restricciones a la movilidad impuestas por los Gobiernos y la reticencia de los clientes para viajar en las circunstancias actuales.
La compañía líder en Europa del sector de bajo coste adelantó que su tráfico de pasajeros podría situarse para todo el año en los 38 millones, frente a los 149 millones del periodo anterior, aunque esa guía podría reducirse si los "gobiernos de la Unión Europea" siguen "gestionando mal la política aérea" e "imponen, sin coordinación, más restricciones o confinamientos" este invierno.
Asimismo, criticó el "aluvión" de "ayudas estatales" que las respectivas autoridades han prestado a sus antiguas compañías nacionales "fracasadas", "como Air France y Lufthansa", una situación que "distorsiona la competitividad" y les permite vender billetes a precios que se sitúan "por debajo del mercado".
El consejero delegado del Grupo Ryanair, Michael O'Leary, afirmó en un comunicado a través de vídeo que prevé que las pérdidas en el segundo semestre sean mayores que en el primero y, aunque no quiso poner una cifra, los expertos creen que podrían llegar a los 244 millones de euros (285 millones de dólares).
El directivo recordó que la aerolínea obtuvo un beneficio neto de 1.150 millones de euros entre abril y septiembre del anterior semestre fiscal y que, en los últimos 30 años de historia, Ryanair solo registró pérdidas en 2009, si bien ese año obtuvo un pequeño beneficio durante esa temporada veraniega.
A pesar de la crisis, Ryanair celebró la "fortaleza de su balance de cuentas", pues dispone de unos ahorros en metálico de 4,500 millones de euros (5,254 millones de dólares) a final de septiembre y el valor de su flota de aviones ronda los 7,000 millones de euros (8,173 millones de dólares).
En este sentido, su director financiero, Neil Sorahan, explicó que siguen en conversaciones con Boeing para recibir una compensación del fabricante estadounidense por el retraso en la entrega de los nuevos aviones 737 MAX,
No obstante, confió en que Ryanair recibirá un pedido de, al menos, 30 aparatos "a tiempo" para el comienzo de la próxima temporada de verano.
Sorahan precisó que Ryanair también está en contacto con el fabricante aeronáutico europeo Airbus, pero confirmó que las conversaciones con el estadounidense Boeing están "más avanzadas".
Hasta entonces, la aerolínea afrontará un calendario reducido por el impacto del coronavorus, después de anunciar el pasado mes que operará el 40 % del calendario de vuelos programados para este invierno, frente al 60 % del año anterior, al tiempo que cerrará algunas bases.