En un aviso publicado hoy en la prensa mexicana, la ANPACT expresó su "seria preocupación por la entrada indiscriminada de vehículos de autotransporte chatarra (tractocamiones, camiones y autobuses) procedentes de los Estados Unidos".
"El ingreso de estos vehículos sin que la autoridad verifique el cumplimiento básico de normas ambientales y de seguridad, producirá de manera general e irreversible, daños a nuestro medio ambiente, accidentes en carreteras, afectaciones de consideración a la infraestructura" y a la economía nacional "en términos de competitividad", señaló la asociación.
La ANPACT indicó que la industria mexicana de vehículos de transporte y carga representa cerca del 3.8 por ciento del producto interior bruto (PIB) manufacturero de México, genera 10,600 empleos directos y 60,000 indirectos, y se ve afectada por la importación de unidades deterioradas de Estados Unido
México es el octavo fabricante mundial de este tipo de vehículos y cuenta con la capacidad instalada para producir 150,000 unidades al año.
De acuerdo con la organización industrial, en 2010 México exportó 54,274 unidades de camiones, tráileres y autobuses nuevos a Estados Unidos "dotadas con tecnología ambiental de punta", lo que contrasta con el ingreso a territorio mexicano de 8,293 vehículos estadounidenses viejos.
En lo que va de 2011 se han vendido en México 4,448 vehículos de transporte y de carga nuevos, y se han importado 2,127 "chatarras" de Estados Unidos, lo que equivale al 47.8 por ciento de la venta nacional.
"Nuestra industria está contribuyendo a la modernización de la flota vehicular estadounidense y al cuidado del medio ambiente en aquel país, en consonancia con los compromisos asumidos bajo la XVI Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP16), en tanto México se convierte en el patio trasero de chatarra rodante de Estados Unidos", indica la nota.
En días pasados organizaciones como la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram) y la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar), entre otras, pidieron también al Ejecutivo mexicano controlar la importación de vehículos estadounidenses.
La ANPACT, integrada por compañías como Freightliner, Kenworth, Mercedes-Benz, Scania, Volkswagen, Volvo e International, entre otras, solicita al gobierno exigir en la frontera que los camiones que se importen de Estados Unidos cumplan con las normas medioambientales y que se creen nuevos estándares más estrictos al respecto.
El gobierno mexicano autorizó desde el 1 de enero de 2009 la libre importación de autos usados ligeros y pesados de Estados Unidos y Canadá con diez o más años de antigüedad, en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Sin embargo estableció una serie de restricciones, como que los autos pesados debían cumplir con un mínimo de emisiones de gases contaminantes, lo que en la práctica no se verifica.