En el periodo 2020-2021 esos desastres supusieron alrededor del 0.22 % del PIB mundial, cuando en la década de los años 1980 y en las dos anteriores habían representado como mucho un 0.08 %, de acuerdo con las cifras presentadas este jueves por la economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Clare Lombardelli.
Esos costos pasaron a situarse entre el 0.15 y el 0.18 % del PIB en las décadas de los años 1990, 2000 y 2010.
Lombardelli expuso estas cifras, con ocasión de la publicación de su informe semestral de Perspectivas, y en concreto para explicar que los países miembros necesitan crear un mayor margen fiscal para una serie de gastos que van a aumentar en el futuro, como los derivados del envejecimiento de la población, pero también por la factura del cambio climático.
El sucesor de Lombardelli a partir del 1 de junio, el exministro portugués Alvaro Pereira, indicó a EFE que las necesidades de inversión para la transición energética se van a tener que cuadruplicar con respecto a lo que se hace actualmente, para llegar a más de cuatro billones de euros anuales en el horizonte de 2030.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que depende de la OCDE, harán falta 4.5 billones de dólares anuales de aquí a comienzos de la próxima década para tratar de conseguir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados.
Pereira precisó que el impacto de los desastres naturales no será lineal en todo el mundo, y que en España el impacto del cambio climático va a ser particularmente fuerte en términos de sequía y de carencias en la disponibilidad de agua.
Más allá de continuar con sus evaluaciones sobre el coste pasado de los desastres naturales, la OCDE tiene previsto elaborar previsiones próximamente.