Ese cálculo es ligeramente inferior al último pronóstico del Gobierno mexicano, que en agosto pasado recortó su expectativa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) del 3.1 al 1.8 por ciento, después de que su previsión inicial fue del 3.5 por ciento.
En un estudio divulgado hoy, el vicepresidente de Crédito de Moody's, David Olivares-Villagomez, señaló que la firma espera un aumento del PIB del 1.6 por ciento en 2013 y de 3.1 por ciento en 2014.
El menor desempleo y la inflación contenida reflejan un entorno macroeconómico benigno, a pesar de la actual desaceleración, apuntó la agencia de medición, y recordó que el gobierno está proponiendo reformas estructurales para fomentar el crecimiento.
"Aunque la economía mexicana se ha desacelerado los últimos dos años", las previsiones de crecimiento para 2013 y 2014 "continuarán soportando el otorgamiento de crédito bancario", apuntó.
La agencia de medición de riesgo destacó que la perspectiva del sistema bancario del país permanece estable, pues espera que los bancos "mantengan fuertes fundamentales en los próximos 12 a 18 meses".
Según Moody's, los niveles de capitalización y rentabilidad generarán recursos suficientes para soportar el crecimiento y crear reservas adicionales para absorber mayores pérdidas sin caer por debajo del capital mínimo regulatorio.
"Aun cuando esperamos cierto incremento en cartera vencida a partir de los bajos niveles actuales, conforme incremente la morosidad de créditos al consumo y créditos a desarrolladores de vivienda, la rentabilidad y capitalización de los bancos continuarán fuertes", señaló Olivares-Villagomez.
Asimismo, los bancos mantienen posiciones estables de fondeo y liquidez, gracias a los depósitos de clientes denominados en pesos, los cuales conforman el 69 por ciento del total de sus pasivos, en comparación con recursos interbancarios o de mercado de dinero.
Las grandes carteras de instrumentos del gobierno también generan colchones de liquidez en caso de estrés de fondeo, precisó la calificadora.
Además, apuntó, el incremento en el ingreso de las personas y la demanda local, junto con los buenos niveles de exportaciones, también son factores crediticios positivos para sostener la actividad bancaria.
En opinión de Olivares-Villagomez, la reforma financiera que estudia en estos días el Legislativo propiciará "el otorgamiento de crédito bancario al sector privado, el cual actualmente muestra niveles relativamente bajos en comparación con otros países de América Latina".