Durante la conmemoración en la ciudad de Reggio Emilia (norte) del 215 aniversario de la bandera italiana, Monti agradeció a la Policía y al Fisco de Italia por el trabajo que desempeñan en la lucha contra el fraude, después de que una maxirredada el pasado 30 de diciembre en el turístico municipio de Cortina de Ampezzo (norte) pusiera de relieve unas sospechosas prácticas fiscales.
"Es inadmisible que, mientras los trabajadores cumplen con los sacrificios, hay una porción importante de riqueza que huye de la tasación e incrementa así la presión tributaria sobre quien no puede eludir el fisco", comentó el jefe del Ejecutivo, en una comparecencia recogida por las cámaras de televisión.
"La expresión 'meter las manos en los bolsillos de los italianos' (dicha por Silvio Berlusconi) se ha hecho muy recurrente estos años, pero nunca me ha convencido. Y, de todos modos, es una expresión incompleta, porque hay otros actos con los que se entra en los bolsillos de los italianos y son aquellos que llevan a cabo los evasores con respecto a los contribuyentes honestos", agregó.
El primer ministro del Gobierno tecnócrata reconoció "necesario" evitar que haya una presión fiscal excesiva y que las investigaciones de esa lucha contra el fraude a Hacienda respeten los derechos del individuo.
"Hemos aprobado ya importantes instrumentos contra la evasión fiscal y continuaremos por este camino", indicó Monti, quien prometió para la llamada "fase dos" de sus reformas una "revolución y una aceleración potente" en la lucha contra la corrupción que, según él, frena las inversiones en Italia.
"Tenemos que operar con urgencia y desbloquear el país y hacer saltar los atascos que lo hacen lento", agregó el excomisario europeo, en referencia a las liberalizaciones y las reformas de impulso del crecimiento económico que pretende incluir en un próximo decreto llamado "crece-Italia".
Sobre la crisis de la deuda en Europa y después de reunirse ayer en París con el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, Monti aseveró que "ningún país europeo es tan fuerte como para poder seguir adelante en solitario y afrontar la economía global".
"Tener una Europa que sepa garantizar la estabilidad, quizá a través de mecanismos severos, es nuestro interés común", afirmó el primer ministro, quien apostó por una Italia unida como país y tuvo muy presente la difícil situación que viven los jóvenes italianos, sector de la población muy afectado por el desempleo.
"Italia ya ha dado su contribución, ahora ha llegado para todos el momento de hacer los deberes en casa (...). Italia ha hecho sus deberes con una acción excepcional y valiente en su plan de ajuste, aprobado por el Parlamento en un plazo excepcionalmente breve, lo que da testimonio de la unidad del país", sentenció.