La empresa con sede en San Francisco (California, EE.UU.) facturó entre enero y diciembre 3,616 millones de dólares, muy por encima de los 2,157 millones ingresados en 2018, pero sus gastos se duplicaron, lo que explica el gran incremento en las pérdidas.
Durante este mismo tiempo, los inversores de Lyft perdieron 11.44 dólares por acción, frente a los 43.04 de hace un año.
Estas cifras, sin embargo, deben contextualizarse en el particular ejercicio que vivió la compañía con su salida a bolsa el pasado 29 de marzo, ya que una parte sustancial de los gastos -como por ejemplo una partida de 859 millones por compensaciones accionariales- están vinculados precisamente a esa operación.
Además, los inversores coinciden en que la firma se sigue encontrando en la etapa de crecimiento de las startups, en la cual prioriza ganar cuota de mercado y asentarse como jugador principal a obtener beneficios.
La empresa californiana, que restringe sus operaciones a Estados Unidos y Canadá, ha ganado un 23 % de pasajeros durante el último año hasta situarse en los 22.9 millones de usuarios activos, a la vez que ha incrementado el ingreso medio por pasajero también un 23 %, de los 36.02 dólares a los 44.4.
Lyft protagonizó en marzo una de las salidas al mercado de valores más sonadas del año, a la que a los pocos meses seguiría la de su gran competidor, Uber, y ambas compañías corrieron las misma suerte el bolsa: una caída drástica del valor a las pocas semanas de su salida para después irse recuperando paulatinamente.
Las cuentas de Lyft de este martes no convencieron en Wall Street, y sus acciones se dejaban un 4.43 % hasta los 51.58 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de los parqués neoyorquinos.