Lagarde ha respondido así al ser preguntada si la semana pasada se produjo un malentendido cuando el BCE dijo tras la reunión del Consejo de Gobierno que no agotaría toda la dotación del programa de compras de deuda de emergencia frente a la pandemia de coronavirus si no fuera necesario porque las condiciones de financiación son favorables.
El BCE ha dicho que va a comprar deuda pública y privada de la zona del euro por valor de 1,85 billones de euros hasta finales de marzo de 2022.
La semana pasada matizó que "si las condiciones de financiación favorables pueden mantenerse con unos flujos de compras de activos que no agoten la dotación del programa, no será necesario utilizar la dotación íntegramente".
Asimismo, "esta dotación puede recalibrarse si es necesario para mantener unas condiciones de financiación favorables", añadió el BCE.
La rentabilidad de la deuda de Italia no tardó en subir en el mercado de deuda pública.
Lagarde ha discutido en el Foro Económico virtual de Davos (Suiza) sobre cómo volver a lograr que las economías globales crezcan tras la recesión en 2020 debido a la pandemia.
En el debate participaron los ministros de Economía de Francia y Alemania, Bruno Le Maire y Peter Altmaier, respectivamente, y los consejeros delegados de Goldman Sachs y de VW, David Solomon y Herbert Diess.
La presidenta del BCE consideró que la recuperación depende de la evolución del virus y de los confinamientos y espera que se producirá en 2021 en dos fases.
En la primera fase se va a mantener "un elevado nivel de incertidumbre" en la medida que se producen las vacunas y se llevan a cabo las vacunaciones, según Lagarde.
Además, es posible que los confinamientos sean más severos para frenar las nuevas cepas del virus.
Por ello, Largade hizo hincapié en que el apoyo fiscal debe ser importante y muy activo.
"En la segunda fase, la economía se reabre y va a ser una nueva economía", más digitalizada, en la que es posible que el 20 % del tiempo que se trabajaba en oficinas se trabaje desde casa, pronosticó la presidenta del BCE También destacó que el cambio climático es una prioridad en la nueva economía tras la pandemia.
De hecho, el BCE ha creado un centro sobre el cambio climático, una nueva unidad que estará operativa a principios de 2021 y reforzará y aunará los trabajos del BCE relacionados con el clima.
También ha decidido invertir en el fondo de inversión en bonos verdes denominados en euros para bancos centrales emitido por el Banco de Pagos Internacionales (BPI).
El BCE ya tiene bonos verdes por un importe equivalente al 3,5 % de su cartera de recursos propios, que tiene un valor total de mercado de 20.800 millones de euros, y tiene previsto incrementar esta proporción en los próximos años.
Lagarde dijo que la inversión en innovación ha caído el año pasado un 14 % en la zona del euro como consecuencia de la pandemia y que es necesaria esa inversión como base para la nueva economía que surgirá tras la pandemia.
El consejero delegado del grupo automovilístico Volkswagen consideró en el debate del Foro de Davos que "el cambio climático es una oportunidad para la innovación".
La pandemia de la COVID-19 destruyó el año pasado 255 millones de empleos, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se han recordado en este debate.
La OIT prevé una recuperación "lenta, desigual e incierta" del mercado laboral en 2021.
Los 255 millones de empleos "perdidos" (en muchos casos se trató en realidad de reducción de horas de trabajo de personas aún empleadas) suponen un impacto cuatro veces mayor que el provocado por la crisis financiera mundial de 2009, destacó la OIT.
El Banco Mundial prevé que la mayor parte de los países habrá entrado en recesión en 2020 y que el producto interior bruto (BPI) global se habrá contraído más del 5 %.
"El objetivo del BCE es apoyar a todos los sectores de la economía y que las condiciones financieras sean favorables", es decir que los tipos de interés de los bonos soberanos, corporativos y de los créditos a las empresas y hogares sean bajos, enfatizó Lagarde en el Foro de Davos.
En Europa medidas similares a los expedientes de regulación temporal de empleo han evitado que el desempleo se disparara porque los gobiernos europeos han subvencionado el empleo que desaparecía debido a las medidas de confinamiento y las restricciones a los viajes para frenar la pandemia.