El mayor fabricante mundial de vehículos informó hoy que en el mencionado periodo logró que su ganancia neta creciera un 465.36 % con respecto a hace un año, cuando la pandemia golpeó con gran dureza sus ventas.
Ese efecto base quedó patente en el resto de los datos incluidos hoy en su hoja de resultados de abril-junio, primer trimestre del año fiscal en Japón.
Así pues, la empresa logró un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 1.25 billones de yenes (9,711 millones de euros), lo que implica un 963.62 % interanual más e incrementó su ganancia operativa en más de un 7.000 % hasta los 997,400 millones de yenes (7,704 millones de euros).
Facturó también 7.93 billones de yenes (61,298 millones de euros), un 72.48 % más que en el mismo periodo de hace un año, gracias a que vendió muchos más coches en todos los territorios.
CERCA DE NIVELES PREPANDEMIA
En Norteamérica, su mayor mercado, el crecimiento interanual en número de unidades comercializadas fue del 232.4 % y, al igual que en Japón (donde el crecimiento fue del 185.4 %) o en el resto de Asia (un 200.8 % más), las cifras se acercaron a los niveles prepandemia.
De hecho, en Europa, donde la subida con respecto al mismo periodo de 2020 fue del 198.8 %, el número de vehículos vendidos fue de 281,000, es decir, superó en unas 2,000 unidades a las comercializadas en esta región en abril-junio de 2019.
En el trimestre recién concluido, el porcentaje de vehículos eléctricos vendidos por Toyota siguió creciendo y supuso el 26.6 % del total (fue el 21 % hace un año y el 20.2 % hace dos).
A su vez, la empresa nipona cifró en unos 140,000 millones de yenes (unos 1,080 millones de euros) el excedente que le generaron para su beneficio operativo los tipos de cambio favorables, con el dólar y el euro rondando en abril-junio los 110/132 yenes frente a los 108/119 yenes de hace un año.
MANEJO DE EXISTENCIAS
Más allá del enorme efecto base reflejado en sus cuentas tras un 2020 para olvidar debido a la pandemia, Toyota explicó en un comunicado que los beneficios del trimestre concluido en junio reflejan el trabajo realizado con sus proveedores y concesionarios.
Esto, según la compañía, permitió asegurar "ventas y suministro estables, pese a la escasez de semiconductores y a la propagación de la COVID-19".
Toyota puso como ejemplo de esta estrategia el plan de actuación que ha empleado en el mercado norteamericano, donde fue capaz de enlazar y coordinar a plantas de producción, transporte y agentes de venta de cara a no generar esperas excesivas a los consumidores que se hicieron con alguno de sus vehículos.
Asimismo destacó que muchos de sus concesionarios fueron capaces de compartir sus respectivos inventarios para reducir esos periodos de espera.
INCERTIDUMBRE HASTA EL FINAL DE EJERCICIO
El sistema le ha funcionado hasta ahora, pero la incertidumbre que siguen generando la expansión de la variante delta, especialmente en aquellas economías emergentes donde tiene líneas de producción, el suministro insuficiente de circuitos integrados o el encarecimiento de materiales le impidió modificar al alza su previsión de resultados.
Por ello, las acciones de Toyota pagaron hoy este pronóstico conservador con una caída al cierre de la sesión en la Bolsa de Tokio del 0.85 %.
Como ya dijo en mayo, para el actual ejercicio, que concluye el 31 de marzo de 2022, la empresa prevé un beneficio neto de unos 2.3 billones de yenes (17.762 millones de euros), lo que implica un 2.44 % que en el ejercicio anterior.
Del mismo modo, espera que su ganancia operativa crezca un 13.75 % hasta los 2.5 billones de yenes (19,306 millones de euros) y que sus ingresos por venta aumenten en un 10.23 % hasta sumar unos 30 billones de yenes (231,666 millones de euros).