Según fuentes citadas por ese medio, la campaña tenía por objetivo "simplificar" las operaciones de la empresa y afectó a empleados en Douyin -versión china de TikTok- y en otros departamentos como el dedicado a videojuegos o el de inmobiliaria.
Los despidos suponen un p equeño porcentaje de la plantilla total de ByteDance, una de las mayores tecnológicas de China con más de 100,000 trabajadores en todo el mundo y que, al no cotizar en bolsa, no está obligada a divulgar este tipo de informaciones relativas a sus negocios.
El grupo ya había emprendido acciones similares en 2021, cuando recortó miles de puestos de trabajo tras las restricciones impuestas por Pekín al sector de las clases particulares, y en 2022, al despedir a cientos de empleados de sus departamentos de videojuegos en las ciudades orientales de Shanghái y Hangzhou.
Sin embargo, ByteDance sigue llevando a cabo contrataciones al mismo tiempo según su página web, que muestra unos 10,000 empleos disponibles tanto en su sede central de Pekín como en Londres o en Mountain View (California, Estados Unidos).
Las informaciones que apuntaron en los últimos tiempos a una posible salida del grupo a bolsa siguen en el aire ante la incertidumbre; el pasado mes de septiembre, la directora financiera de la compañía, Julie Gao, dijo a los empleados que no había planes para llevar a cabo dicha operación.
Las operaciones de ByteDance se enfrentan no solo a los efectos de la campaña reguladora que Pekín emprendió en el sector hace más de dos años sino también a problemas a nivel internacional, con TikTok viéndose en el ojo del huracán en Estados Unidos, donde Washington ya ha prohibido que sea instalada en cualquier dispositivo gubernamental.