El crecimiento del segundo trimestre del año había sido del 6.9 por ciento, y el del primero, del 7.7 por ciento, pero los analistas han alertado de la mala situación internacional y de que los aumentos de tipos decididos por el banco central indio han afectado a la economía.
El primer ministro de la India, Manmohan Singh, ya pronosticó en enero que el país crecería un 7 por ciento en el actual año fiscal y reconoció que la economía vivía "momentos difíciles", aunque se mostró confiado de volver a la senda del 9 por ciento.
El crecimiento económico del tercer trimestre estuvo lastrado por los malos datos del sector manufacturero (+0.4 por ciento) y de la minería, cuya producción decreció un 3.1 por ciento en el período, añadió el Ministerio de Estadística.
La buena noticia, un trimestre más, fue la marcha del sector servicios, que subió el 9 por ciento, mientras que la producción agrícola, que emplea a la gran mayoría de los indios, registró un crecimiento de 2.7 por ciento (frente al objetivo marcado del 4 por ciento).
Con estos datos, el crecimiento de la economía india en los primeros nueve meses del año ha sido del 6.9 por ciento.
Las autoridades indias han ido reduciendo sus objetivos de crecimiento, tras constatar la mala situación manufacturera y la tasa de inflación, que se situó en el 7.5 por ciento en diciembre.
Tras subir en trece ocasiones los tipos de interés desde enero de 2010 con el objetivo de frenarla, el banco central tuvo que revertir esa política en enero, en un intento de reanimar el crecimiento económico del país.
En el cuarto trimestre del año fiscal 2009-2010, la India creció un 9.4 por ciento, y desde entonces el crecimiento ha seguido una línea descendente.