Con el fin de prevenir la fuga de capitales, las instituciones reguladoras chipriotas tomaron medidas como la congelación de todas las operaciones de los bancos locales, señala hoy el informe de la agencia de calificación.
Con todo, esas restricciones están teniendo un efecto directo limitado sobre las instituciones financieras rusas, mientras que el impacto sobre su liquidez es perfectamente asumible.
La agencia cifra en 23,000 millones de euros, un 10 por ciento del total, los préstamos concedidos hasta el pasado 31 de enero por los tres bancos analizados -VTB, Gazprombank, Alfa-Bank- a empresas rusas con sede en Chipre.
Aún ese caso, los riesgos financieros y crediticios para esas tres entidades bancarias rusas son limitadas.
En cuanto a los préstamos en si mismos, muchas veces ese dinero es reinvertido en territorio ruso, lo que le convierte en menos vulnerable a la coyuntura económica.
Standard & Poors reconoce que una importante parte de los depósitos bancarios de no residentes en Chipre corresponden a particulares y empresas rusas, y que, según el plan de rescate, las cuentas mayores de 100,000 euros sufrirán importantes pérdidas.
"En cuanto a los bancos rusos no vemos un impacto inmediato en sus calificaciones debido a las condiciones del rescate propuesto", señaló Serguéi Voronenko, analista de la agencia.
Una eventual salida de Chipre del euro sí tendría un impacto mucho mayor sobre las instituciones financieras rusas, según la agencia.