Como elementos para esta reducción, respecto a las previsiones del presupuesto pasado, se encuentran la suspensión en enero del recorte de impuestos a la nómina y la entrada en vigor de los agudos recortes en el gasto público aprobados en marzo pasado.
Estas previsiones van en línea con lo que pronosticó la Reserva Federal (Fed), que también ha reducido recientemente sus expectativas sobre el desempeño económico de Estados Unidos y calcula que este año el producto interior bruto (PIB) crecerá entre un 2.3 por ciento y un 2.8 por ciento, y entre un 2.9 por ciento y un 3.4 por ciento en 2014.
Sin embargo, en el plano laboral, la Administración Obama se muestra más optimista y reduce la tasa de desempleo que se espera para fin de 2013 del 8.6 por ciento, realizada en julio pasado, al 7.7 por ciento.
Para 2014, también muestra un mejor comportamiento y de la previsión de un año atrás del 8.1 por ciento, pasa ahora al 7.2 por ciento.
Ambas cifras son algo más cautas que los cálculos de la Fed de hace un mes, que situó el índice de desempleo para 2013 entre el 7.3 por ciento y el 7.5 por ciento, y entre el 6.7 por ciento y el 7 por ciento para 2014.
La propuesta de la Casa Blanca cita como datos positivos el "firme progreso" del mercado laboral, el ligero rebote en la inversión empresarial y que el sector inmobiliario está comenzando a mostrar "signos de fortaleza" tras la aguda crisis de 2008.
Con el plan presentado hoy por Obama, y que calificó de "fiscalmente responsable", se espera que el déficit baje para final del año fiscal 2014 hasta unos 744,000 millones de dólares, lo que equivaldría a un 4.4 por ciento del producto interno bruto (PIB) frente al 5.5 por ciento previsto para 2013 (unos 973 millones).