En su informe sobre el mercado eléctrico publicado este miércoles, la AIE calcula que, después del bajón del 3.2 % del consumo de la UE en 2022 por el efecto directo de la invasión rusa de Ucrania, que propició una escalada de precios, en 2023 habrá un nuevo descenso del 3 % en el club comunitario.
En el primer semestre de este año, el descenso interanual para los Veintisiete ya ha sido de casi el 6 %.
Aunque en 2024 se anticipa una modesta recuperación del 1.7 %, la gran cuestión para los autores del informe es determinar qué parte de esa demanda de la UE se ha perdido sólo temporalmente o de forma definitiva.
Detrás de esa evolución inédita está la de los precios mayoristas que, aunque se han reducido a la mitad estos últimos meses respecto a los récords alcanzados en 2022, siguen siendo el doble que los que había en 2019, antes de que la covid viniera a trastocar el mercado.
LOS PRECIOS HAN BAJADO MUCHO MÁS EN EE.UU.
Una situación muy diferente a la que se vive en Estados Unidos, donde los precios de la electricidad, que subieron mucho menos el pasado año, han vuelto ahora a los niveles de 2019.
No obstante, la AIE estima que la demanda en Estados Unidos se reducirá un 1.7 % en 2023, tras haber subido un 2.6 % en 2022, y en 2024 progresará de nuevo un 2 %.
En el caso de China, el incremento contenido del 3.7 % en 2022, un año en que persistían muchas de las restricciones a la actividad impuestas para contener el coronavirus, debería acelerarse al 5.3 % en 2023 y al 5.1 % en 2024, cuando el gigante asiático pasará a representar más de un tercio de la demanda global (9,535 teravatios hora de un total de 28,397).
De hecho, tanto China como India (que va a progresar a un ritmo anual del 6.5 % hasta 2024, superior al del periodo 2015-2019), serán los principales vectores de crecimiento del consumo eléctrico mundial, que debería acelerarse al 3.3 % el próximo ejercicio de 2024.
RENOVABLES AL ALZA Y EMISIONES A LA BAJA
La AIE considera que ese crecimiento se podrá conseguir en su casi totalidad con electricidad de origen renovable, para la que espera un tirón del 11.3 % en 2024, después de un alza del 6.9 % en 2023, mientras la parte de los combustibles fósiles irá a la baja.
La generación de corriente con carbón, que aumentó un 1.7 % el pasado año, debería disminuir un 0.4 % en 2023 y un 1 % en 2024, cuando podría incluso ser superada por primera vez en la historia por las renovables, que representarán un tercio del total.
También debería bajar la producción de electricidad con gas, un 1 % el año próximo tras un muy ligero avance del 0.3 % este ejercicio.
La electricidad de origen nuclear -que no genera emisiones de efecto invernadero, pero sí residuos nucleares que están activos durante cientos de años- subirá un 1.9 % este año y un 4.9 % el próximo, cuando representará prácticamente el 10 % del total mundial.
La combinación de todos esos elementos se traducirá en una caída de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por la generación de electricidad del 0.7 % en 2023 y del 1.1 % en 2024, después de un incremento del 1.3 % en 2022.