Desde la catástrofe de la central nuclear de Fukushima hace tres años, no ha dejado de aumentar la dependencia del país de las importaciones de gas y petróleo, lo que sigue lastrando de forma importante la tercera economía mundial. El pronóstico oficial de crecimiento para el período entre octubre y diciembre de 2013 era del 1 por ciento, aunque incluso esa cifra estaba considerablemente por debajo de lo que vaticinaban los economistas.
La revisión a la baja se debe sobre todo a un menor gasto de las empresas como también de los consumidores. Las inversiones no crecieron un 1.3 por ciento, sino un 0.8 por ciento, según los datos presentados por el gobierno.
El consumo privado, que en Japón supone cerca del 60 por ciento del rendimiento económico del país, aumentó sólo el 0.4 por ciento en lugar del 0.5 estimado.
En algunos círculos se duda ya de que la recuperación económica en Japón sea suficientemente fuerte como para afrontar en abril un aumento del impuesto al consumo del 5 al 8 por ciento.
A su vez, la fuerte dependencia de las importaciones de energía están lastrando cada vez más la tercera economía del planeta. Según el señaló hoy el Ministerio de Finanzas, el déficit marcó un nuevo récord de 1.6 billones de yenes (unos 11,000 millones de euros), principalmente debido a las diferencias entre importaciones y exportaciones.
El elevado déficit también se atribuye a la debilidad del yen, lo que hace aumentar las ganancias por las exportaciones, pero encarece las importaciones de gas y crudo.
Ante esta situación, el banco central concluye mañana dos días de consultas sobre la política monetaria a seguir. Los analistas dan por seguro que el Banco de Japón continuará sin cambios con su política monetaria flexible.