Tokio opta por definir a bitcoin como un producto que no es comercializado por bancos ni instituciones financieras. Y añadió que se aplicará un impuesto sobre el consumo a las compras de la moneda virtual, así como otro a las ganancias que se produzcan por su venta.
La decisión se produce una semana después del colapso de la firma Mt Gox, una de las más grandes de intercambio de la moneda virtual y que tenía su sede en Tokio.
El cierre generó un debate entre los legisladores japoneses acerca de la necesidad de controlar mejor este sector.
Mt Gox señaló que ha perdido 750,000 bitcoins de sus clientes y 100,000 propias, que al parecer fueron robadas. En total las pérdidas rondan los 500 millones de dólares, por lo que se declaró en quiebra.
El fenómeno de las bitcoins ha ido en aumento entre los inversores en todo el mundo desde que comenzó su comercialización en 2009, sobre todo por la facilidad para usar el dinero digital en transacciones multinacionales. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas por sospechas de que sirve al lavado de dinero procedente de ilícitos.
Tras la debacle de Mt Gox, este martes le sucedió la plataforma canadiense de intercambio Flexcoin, que también se vio obligada a cerrar después de asegurar que alguien atacó sus sistemas y robó el equivalente a unos 600,000 dólares.
A la lista de escándalos se sumó el jueves la noticia de que fue hallada muerta la directora de la plataforma de intercambio de bitcoins First Meta, la estadounidense Autumn Radtke, de 28 años, en lo que se cree puede haber sido un suicidio. (DPA)